La expedición libertadora

473 óyendo a cada unó en particular y haciendo unos extractos de aquellos informes que se hallen confirmados por los más, o que tengan el más seguro origen. A este efecto no perderán medio ni ocasión para ganarse por si o por otros la amistad sea como pa– triota, o como amigo del virrey, de uno de la secretaría del gobier– no y de cada uno de las demás oficinas de guerra y hacienda, etc. El mismo empeño deben tener en ganar la confianza de los cria– dos o relaciones inmediatas de los principales desde el virrey aba– jo; porque aunque muchas de estas fuentes no sean muy puras ni las más seguras, al menos siempre dan materia, o para confir– mar y hacer comparaciones de hechos, o para manejar el ridículo en los pasquines que pudiera convenir; 30? Ultimamente deben persuadirse los comisionados que al desempeño de su comisión está unida la suerte de su país y la fortuna de ellos mismos. Sus servicios serán mirados como la primera recomendación del ciudadano benemérito y en todo tiem· po serán recordados sus peligros y trabajos como uno de los gran– des medios que van a dar la libertad a Lima y a esta parte del mundo. Dadas en mi cuartel general de Santiago de Chile, a 1~ de ene– ro de 1819. José de San Martín. Por orden de S.E. el excelentísimo señor capitan general don José San Martín . Antonio Alvarez Jonte. Secretario. Es copia: Jonte. Not'<I.- Cada uno de los comisionados lleva además instruc– ciones privadas reducidas a ser cada uno espía del otro, sin que ni el uno ni el otro se aperciban y de este modo se asegure su comportación y fidelidad respectiva. A la instrucción privada da· da a García se le ha añadido de que a toda costa gane un buen artillero en el Cailao y en el ejército, y que haciendo uso del áci– do muriático o del agua fuerte se desfogonen los cañones de las fortalezas, murallas y trenes. (Rúbrica de Jonte) DASM.- VII.- 160-69

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