La expedición libertadora

36 CARTA RESERVADA DE SAN MARTIN AL GENERAL JOSE RON– DEAU INSTANDOLO PARA QUE SE DECIDA SOBRE EL DES- TINO DEL EJERCITO DE LOS ANDES EN CHILE. {303) Acantonamiento de Aconcagua, 28 de enero 1819. Señor don José Rondeau. Mi amado amigo: ahí van esos mamotretos, que ellos impon– drán a usted de todo. Por este país, o por lo menos interín dure el desorden en que se halla, no hay esperanza alguna de que se realice la expedición. Todo es un desgreño y lo sensible es que la opinión pública no tie– ne un sujeto en quién fijarse. La situación en que nos hallamos después de tan repetidas victorias, es cada vez más crítica; si el ejército se estaciona en ésta. es de necesidad el que ese Estado lo pague, pues en éste no hay es– peranzas que lo verifiquen. Si usted lo manda repasar los Andes, debe necesariamente padecer una considerable deserción por ser la mayor parte de él compuesto de chilenos. Si usted se decide porque marche a las Provincias Unidas, estoy seguro que al mes se ha intro– ducido la anarquía en todo el reino, pues lo que los contiene son las tropas de las Provincias Unidas. En fin, en críticas y arduas circuns– tancias usted verá lo que tiene que hacer, pero en caso de que usted se decida por la de que pasemos los Andes, es preciso se valga de pretexto de alguna expedición española que se dispone a invadir a esa capital, pues de este modo se concilia todo mejor. Lo preciso es que la decisión que se dé a este negocio sea sin perder un sólo momento, pues de lo contrario la cordillera se cierra y para nada da tiempo. Conozco los males que van a resultar la separación del ejér– cito de este país, l? por el desorden que se va a introducir en él, y 2? que Pezuela sabiendo que ya no puede temer, podrá dar dirección con perjuicio de la causa, a más de siete mil hombres que ha reunido en Lima, bien sea disminuyendo su fuerza para aliviar sus gastos que me constan lo tienen en un estado de des– esperación, o bien haciéndoles obrar activamente con nosotros.

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