La expedición libertadora
505 PROCLAMA (514) Soldados del ejército de Lima: En fin de mi marcha hacia la capital del Perú es el de hacer con ella una firme reconciliación para el consuelo de todos los hombres. Nueve años de horrores han inundado de sangre y lágri– mas la América. Vosotros mismos habéis sido oprimidos y fatiga– dos de los males de una guerra emprendida no por el bien de la nación española, sino por las pasiones orgullosas de los agentes de aquel gobierno. La opinión y las armas de toda esta parte del mun– do va en fin a presentarse delante de Lima para poner término a tantas desgracias. Vosotros no hariáis sino prolongar los sacrificios estériles cuando ciegos a la irresistible fuerza de la voluntad co– mún queréis sostener un empeño temerario. Cada uno ele voso– tros ha pertenecido a la causa de Jos pueblos: cada uno pertenece a la humanidad: Jos deberes militares no pueden alterar aquellas fuertes obligaciones de la naturaleza. Los soldados de la patria fie– les en el camino del honor como en el del triunfo no son terribles sino para los enemigos de la libertad. Ellos dan mucho más valor a la victoria por las injusticias que ella hace reparar, que por la gloria con que los cubre. Huid, pues, la ignominia de perecer al lado de tiranos detestables: en las filas de vuestros hermanos pa– triotas encontraréis el camino del honor, de la felicidad y de la paz. Os lo asegura un general que nunca ha faltado a su palabra. Cuar tel general en Santiago, 30 de diciembre de 1818. José de Sn Martín. DASM.-XI.-202
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