La expedición libertadora

509 gracia eterna sólo será obra de vuestra tenacidad. Vosotros Jo sa– béis: España se halla reducida al último grado de imbecilidad y corrupción; los recursos de aquella monarquía están dilapidados: el Estado cargado de una deuda enorme, y lo que es peor, el te– rror y la desconfianza formando la base de las costumbres públi– cas han forzado a la nación a ser melancólica, pusilánime, estúpi– da y muda. Sólo la libertad del Perú os ofrece una patria segura. A las íntimas relaciones que os unen a los americanos no falta sino vuestro deseo y conducta para formar una gran familia de hermanos. Respeto a las personas, las propiedades y a la santa re– ligión católica son los sentimientos de estos gobiernos unidos: yo os lo aseguro del modo más solemne. Habitantes todos del Perú : la expectación de más de las otras tres partes de la tierra están sobre vuestros pasos actuales. ¿Con– firmaréis las sospechas que se han excitado contra vosotros en el espacio de nueve ai'ios? Si el mundo ve que sabéis aprovechar este feliz momento, vuestra resolución le será tan imponente como Ja misma fuerza unida de este continente. Apreciad el porvenir de millones de generaciones que os pertenecen. Cuando se hallen res– tablecidos los derechos de la especie humana perdidos por tantas edades en el Perú, yo me felicitaré de poderme unir a las institu– ciones que Jos consagren, habré satisfecho el mejor voto de mi corazón, y quedará concluida la obra más bella de mi vida. Cuartel genera l en Santiago de Chile, 13 de noviembre de 1818. José de Sn Martín . BDM- XVII- 14918/ 22

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