La expedición libertadora
514 ñeros en la causa misma. Libre ya, emigré llevando, a mis espen– sas, a muchas gentes inútiles. Antes de esto di libertad a un cria– do confidente de mis secretos en la causa de la patria y rebajé la mitad de su valor a otros cuatro que también me sirvieron. Cuanto llevo espuesto es demasiado público entre los patrio. tas y lo sabe también el pueblo todo, pero si se pretende que lo acredite, lo haré con centenares de testigos fidedignos. Vuelvo a repetir, señor Excelentísimo, que esta esposisión me es vergonzo– sa, pues al prestar mis servicios a la causa americana, no tuve otro objeto que cumplir con los sentimientos de mi corazón: no los recuerdo, pues, haciendo premio de un deber, sino como un preliminar de mi súplica. Esta se r:educe a que Vuestra Excelencia se duela de la amar– ga situación de una pobre madre reducida al extremo de la mise– ria: esta me sirva de padrino para hallar auspicio en el más pia– doso, en el mejor de los jefes, a este fin: A. V. E. pido y suplico.- Que hecho cargo de mis peligros, de mis servicios y costosas erogaciones, a favor de la Patria, pero cuan más que en estos, en mi absoluta necesidad se digne concederme una pequeña pensión que haga menos doloroso mi estado y derra– me en mi corazón, un bálsamo consolador, ungido en el cual por la mano benéfica de Vuestra Excelencia, sólo respirará para ben– decirle. Rosa Campusano. (firmado) Otro sí, debo también decir que a mi regreso de la emigra– ción me encontré completamente secuestrada de todos mis mue– bles que eran costosos, por el gobierno enemigo. AL MARGEN Lima, 22 de Diciembre de 1836 Rosa Campusano. (firmado) No bastando los ingresos del tesoro para los gastos más ur– gentes, el Gobierno se halla privado de concederle a la suplicante el premio que solicita por sus servicios. --0--
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