La expedición libertadora

41 PROYECTO PARA UNA EXPEDICION DE 2500 A 3000 HOMBRES A LAS COSTAS DEL VIRREINATO DEL PERU, ELABORADO POR SAN MARTIN, PROPONIENDO PARA DIRIGIRLA AL BRIGADIER ANTONIO GONZALEZ BALCARCE. (306) Concluída la campaña de Concepción felizmente, y que con certeza puede ya decirse conc!uída por los sucesos favorables de nuestro ejército del sud, creo que a las fuerzas del ejército unido se le puede dar una dirección favorable a los intereses comunes de la América y bien particular del Estado de Chile. Para atacar a Lima, o bien para penetrar hasta el corazón del Cuzco, me rectifico en que son necesarios los seis mil cien hom– bres que tengo pedidos en mi nota de 31 de julio. Desgraciada– mente las rentas de este Estado y de las Provincias Unidas, se hallan sin fondos para costear las adyacencias necesarias para una expedición de tal tamaño; ya está demasiado visto que es irrea– lizable, y de consiguiente no debemos mantenernos con ilusiones y sí con hechos. El ejército unido, su total fuerza se compone de siete mil y pico de hombres: la provincia de Concepción le son necesarias para mantener la tranquilidad de ella y guardar sus fronteras mil quinientos, por el término de un año. La capital y Valparaíso le son precisos dos mil con tanto más motivo cuanto las facciones y los alteradores del orden trabajan incesantemente por destruir– lo. Coquimbo no puede pasar sin quinientos, pues me consta que hay hombres ambiciosos y algunos emprendedores, y que como tan distante de la capital podían hacer un movimiento, bien sea por el prurito de federación o bien por el de partido. De lo ex– puesto resulta que Chile puede contar con un sobrante de tres mil hombres que, empleados útilmente en hostilizar al enemigo, re– sultan las ventajas siguientes: 1~ La de aliviarse al Estado de los sueldos y gastos de esta fuerza y marina; 2~ Quitar al enemigo sus recursos; 3~ Tenerlos siempre en expectación para que las cre– cidas fuerzas que ha reunido en Lima no las ocupe útilmente (no temiendo) contra nosotros y se destruya con los gastos que indis– pensablemente debe hacer en ellas. La expedición que propongo debe costar la quinta o sexta parte del valor de los seis mil cien hombres primeramente pro-