La expedición libertadora

6 disposición; hasta ahora no he podido descubrir cual haya sido la causa de tal conducta. Solamente ha trascendido que noticias e informaciones secretas de gran bulto y por medio de correspon– dencia reservada, me habían preparado disposición tan hostíl, y cuya tendencia atentaba a mi propia ruina y deshonor, sin que ni yo pudiese ser instruído de las culpas que se me atribuían, ni absolverme de ellas en caso de hallarse falsas y calumniosas. El resultado de todo fue que nada pude promover durante la ad– ministración Directoria!, porque nada se contestaba a este respec– to, y entiendo que este asunto era uno de los proscriptos de co– mun acuerdo . 14.-En el año 1821 pedí cumplimiento y o compulsión al go– bierno de esta provincia, que regía entonces la administración de Jos negocios, tanto en carácter provincial como en el general de jas de la Unión; en su consecuencia el tuvo a bien interpretar a su solo juicio los documentos de la comisión y afirmar con toda seguridad "que este estado solo se había comprometido a respon– der por su garantía a los gobiernos y particulares extranjeros, pa– ra el caso en que, subyugada por enemigos la República de Chile, fuese imposible allí el pago de las cantidades que se hubiesen an– ticipado a su agente en Norte América". De consiguiente, que si el agente hubiese hecho por si algunas anticipaciones sobre su cré– dito y fondos particulares, esto no · era atendible, mucho menos el cumplimiento del convenio que había sido garantido en todos sus artículos por el Gobierno General de estas Provincias. Pa– reciéndome pues, violenta y forzada la anterior interpretación, protesté contra el sentido que se había querido dar a los docu– mentos, y pedí mi pasaporte para esa República a fin de reclamar a su Gobierno el cumplimiento de todas sus promesas y obliga– ciones. 15. -A mi llegada a Santiago me dirigí al Señor Ministro de Estado D. Joaquín Echeverría para manifestarle todos los docu– mentos originales de que me había provisto en favor de la recla– mación que hacía al Gobierno, y considerándolos conformes y le– gales, procedió él a dar a este negocio el curso de un juicio ordi– nario de cuentas con sujeción a la correspondencia reservada que él tenía de D. Miguel Zañartu, quien habiendo escrito cuanto él quiso decir sin datos ni prueba alguna, ello servía de documento jurídico para oponer a mi reclamación pendiente. Con este moti– vo se nombraron varias comisiones especiales, las que no teniendo efecto unas, y otras formando cargos con vista de aquella corres– pondencia sin conocimiento de la materia, y con absoluto desvío

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