La expedición libertadora

32 (529) Londres, 2 de enero de 1818. Mi querido amigo: Acabo de saber que usted se hallaba en Mendoza enfermo, y solicitando su retiro sería incalculable desgracia que cargaría so– bre los dos países si usted se pusiera en estado de no poder con– tinuar sus obras, yo me temo infinito que en Chile hoy han dis– gustado a usted y no sé cuál sería mal más sufrible. He tenido unas cuantas entrevistas con mister Rush embaja– dor de los Estados Unidos, y estoy en comunicación con él, pero nada se adelanta sino su buen deseo por la libertad de aquellas provincias. Se ha ganado mucho con las relaciones dadas de los Estados Unidos. Sigue la bulla de la grande expedición de Cádiz, y a quien se amenaza es a Buenos Aires; muy poca es la probalidad, pero no tanta como para echarse a dormir. El dador de ésta, es un amigo mío, que va a poner un esta– blecimiento en Chile; yo desearía si hay cómo, me lo recomendace. Soy su amigo. J. A. Alvarez Condarco. DASM.- VIII.- 231-34.

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