La iglesia: la acción del clero

LA ACCION DEL CLERO 167 Excelentísimo Señor Protector. El Doctor Don Pedro Antonio Alfaro de Arguedas a nombre del Doctor Don José María del Piélago, cura propio de la Doctrina de Chacas, Provincia de Conchucos en este Arzobispado, y en virtud de su poder que exerso ante Vuestra Excelencia con el respeto debido digo: que al Cura mi parte se le hizo saver por el señor Precidente del Departamento de Huaraz precentase el título que comprobase la propiedad en el ministerio de tal cura que exercitaba; pero como se hallase sin su título que tiempo antes me lo havía remitido a esta Capital, no pudiendo producirlo en aquella oportunidad por hallarse impedida la comunicación con esta ciu– dad, lo representó así a dicho señor Precidente alegando la notoriedad con que exercía su jurisdicción, y pidiendo se le concediese el término nesesario para poderlo verificar. El señor Precidente en consideración a la notoriedad alegada, lo huvo por presentfldo y mandó se le entregase el decreto original para que continuase en el exercicio de su ministerio parr~ quial, según parece de la enunciada representación y Decreto que pre– sento en debida forma; mas en la actualidad que por una feliz rebolu– ción se ha efectuado la entrada de Vuestra Excelencia y que hajo sus auspicios se haya jurado con tanto júbilo la Independencia en esta Ca– pital, que disfruta del incomparable veneficio de su protección y amparo, llega el caso de que el Cura, mi parte, presente su título como lo hace por mi medio ante la superioridad de Vuestra Excelencia, según se le ha advertido por el referido señor Presidente del Departamento, en cuya atención A Vuestra Señoría pido y suplico que haviendo por presentados dicho título, representación y decreto indicados, se digne confirmar al Cura mi parte en el ministerio de tal Cura Páxroco de la Doctrina de Chacas, cuya gracia espera de la notoria bondad de Vuestra Excelencia. Pedro Antonio Alfaro de Arguedas (Al margen) Lima Octub1·e 10/ 821. A la Junta Eclesiástica de Purificación.– García del Río.