La iglesia: la acción del clero

196 ARMANDO NIETO VELEZ S. J. nevada y le dio un golpe sófero cayendo el mismo caballo sobre la canillá de la que adolece hasta el día, que al tercero día logró salir a Asención y Carampoma, y el Domingo después de decir misa se dirigió a Santa Olaya adonde llegó muy tarde y tubo que demorarse el lunes diez y siete hasta conseguir Bestia de abío . . . la única ocación que ha tocado en este pueblo y lugares desde que salió . . . ínter de Carampoma, que el martes diez y ocho salió para Lima, y llegando al Tambo de San Pedro Mama a saludar al Teniente Montero a quien como ha dicho antes sosegó Castillo lo detubo aquel con el pretexto de que almorzase diciendole que el Capitán tenía que hacerle algunas preguntas y que por esto se demorase un poco, que detenido allí vino un Cabo de Guardia y registró su persona hasta el extremo de indecencia, y no encontrándole cosa alguna sospechosa lo condujo a la Centinela, que el declai:ante esperó allí al Capitán, quien vino un poco tarde y preguntándole quién era le respondió su nombre, y entonces demaciadamente airado llenó de insultos al que declara hasta el extremo de tacharlo de Pícaro, Atrevido, Insurgente, y que allí era ocación de que lo havía de decir porque ablaba mal de un Español como él, y que por más que el declarante lo sosegaba y satisfacía más y más se enfurecía ofreciéndole que si no tubiese que pasar adelante sus tropas en ese día haría con el que declara un exemplar como tenía de antemano determinado para que en lo sucesivo no ablase de un Español como él. Que no bastaron las activas persuasiones de Don Manuel So– brado y Don Manuel Aguilar, para que depusiese su enojo sino que en– trnndo en su aposento escrivió el oficio al Excelentísimo Señor Virrey y con este remitió al Declarante con dos soldados a esta Capital a la que llegó el diez y nueve por la noche y conducido al Palacio lo pasaron de mden de Su Excelencia al Cuartel del Infante del que ha pasado a esta Recolección. P1·eguntado quánto tiempo havía estado en la Quebrada de Santa Olaya contestó que llegó el Domingo diez y siete por la noche y se apeó en casa del Sargento Mayor Arrasco de donde salió a casa de Don Pedro Fernando y se puso a conversar con Don Manuel García, y volvió a la Posada a dormir y que en todo ese tiempo no se separó de Arrasco con quien igualmente salió del Pueblo el Ma1·tes que fue apresado por el capitán. Preguntado si en dicho tiempo que estubo en Santa Olaya tubo al– gunas conversaciones con los Indios de aquel lugar dijo Que no havía comunicado más que las que lleva expresadas en la anterior pregunta. Preguntado si havía oído discursos sospechosos y contrarios al Go– vierno a alguna de las personas de todas las que comunicó, o si notó en e1las alguna maniobra suversiva dijo que no absolutamente. Y responde y

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