La iglesia: la acción del clero
200 ARMANDO NIETO VELEZ S. J. armas y reconociendo Porras y el que declara, que ellos mismos tenían los fusiles en el suelo, cayeron en cuenta de que eran Militares, y en este eEtado fue quando uno de ellos abló, y con el lenguaje con que ablaha vino Porras en conocimiento y el Declarante, que no havían sido los Em– ponchados Indios de imhenciones de fiestas sino militares, entonces Porras tiró a satisfacerlo diciéndole no los havía conocido de que eran de las tropas del Rey, y entonces dándole por queja Porras que lo havian de– tenido e insultado, le contestó con palabras groseras, a las que también le respondió Porras con calor, y le preguntó que quién era? y les res· pondió llamarse N. López y ser Sru·gento de esa Abansada, prometiéndole Don Juan José que cuando llegase a Lima haría presente al Excelentísimo Señor Virrey la vejación con que se le havía tratado por él y por los de su Comando, que entonces los remitió con un Cabo y dos soldados adonde el Capitán Comandante de dicha Tropa, que según se decía estaba en Bellavista al que no encontraron sino al Teniente Montero que en la actualidad se hallaba tomando una Declaración al Dueño de la Hacienda de Bellavista Don Andrés del Castillo, cuyo Teniente salió, y dándole la queja, que el Sargento López lo havía insultado (esto es diciéndole Porras) lo hizo apear y detener hasta que concluyese la Declaración de Castillo, en el intermedio de ella insistió en la queja Porras y airado con ella Montero de ver a Porras tan acalorado con el vejamen que havía reci– bido del citado Sargento, y porque no le havía dado el tratamiento que correspondía con la humillación debida le prometió que le mandaría dar quarenta Palos, que en este estado Castillo los socegó hasta que se concluyó la Declaración, y Montero en persona lo condujo a Porras y al que declara a Pomacancha en donde se hallaba el Capitán Comandante Don Pedro Aznar, presentados que fueron los hizo apear y dando su queja Porras, le dijo Parece Padre que Usted es un poco Sobervio, y saliéndose para fuera, estando Montero en el Patio de la Hacienda de Pomacancha, des– pués de haver ablado con él, entró dicho Capitán Comandante y dijo a todos váyanse por donde gusten, que entonces Don Juan José enfadado entregó el cáliz que trahía al Declarante con el fin de celebrar dicha ~iesta, y tomó el camino para Lima en el mismo día siete siendo las quatro de la tarde, acelerado, que viendo esto el declarante fue a la iglesia de Pomacancha a que guardasen el cáliz y entregado que fue, salió precipitadamente a alcansarlo con Don (Andrés digo) Bartolomé Villamil, y en el camino lo alcanzó un soldado del mismo Capitán Comandante Aznal, con recado de él, con el que también iba Don Máximo Mendieta, y ambos a dos suplicaron a Porras regresase como también lo verificó el Declarante y dicho Eclesiástico accedió regresándose para Bella· vista: Que esa misma noche hizo las Vísperas Porras y al siguiente día
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