La iglesia: la acción del clero
210 ARMANDO NIETO VELEZ S. J . En cumplimiento del oficio que antecede, a fin de que informe sobre uno de los servicios que ha hecho a favor de nuestra justa causa el Pres– bítero Don Juan José Gabino de Ponas, lo que debo decir es que ha sido y es un individuo muy adicto a la Causa, que ha sido un favorecedor de los emigrados, tanto en socouerlos como en sacarlos del riesgo que les amenazaban los enemigos, como lo verificó con Don José Aguirre, Don Pedro Grillo y Don Agustín Vida!, cuyos individuos me remitió a mi Com– pañía, y otros tantos que se pasaron a las demás Partidas, como asimismo en la correspondencia que tenía conmigo, todo su más empeño hera noti· ciarme el movimiento de los enemigos, y la contraseña con que nos co– nocíamos hera un Cristo, tanto que sólo el mucho amer a la Patria puede no haverlo trastornado del sistema que abraza, según estoy entendido, y eR quanto puedo decir en obsequio de la verdad y en cumplimiento de mi obligación. Lima y Octubre 19 de 1821. Cayetano Quirós En la Corte del Perú en veinte y cuatro de Octubre de mil ocho– cientos veinte y uno. En cumplimiento de lo mandado en el Auto que antecede: ante el Señor Vocal de esta Junta de Purificación Doctor Don Carlos Orbea compareció Don Francisco Camino, Oficial del Tribunal de Cuentas que vive en la Calle de Santa Clara de edad de veinte y nueve años de quien Su Señoría por ante mí el presente Secretario recibió jura· mento en cuanto supiese y fuere preguntado, y siendo examinado al tenor de los hechos que se refieren dijo: Que conoce al Bachiller Don Juan José Gavino Porras tres años, que lo ha tratado con mucha familiaridad y ha sabido y le consta haver remitido a varios sugetos a la Patria y los ha abilitado con su dinero. Que por defensa de la causa fue a Matucana con pretexto de cobrar los diezmos fue sorprehendido por el Govierno Español, y remitido a esta Capital poniéndolo preso en el Quartel del Infante, pasado de allí a los Descalzos. Que havilitó al Cacique Manco con unos Hávitos para que emigrase de la Ciudad y salvase del furor español. Que esta es la verdad, bajo del juramento fecho en que se afirmó y ratificó siéndole leída esta declaración no tocarle las generales de la ley, lo ru· hricó su Señoría y firmó el Declarante de que certifico. (Rúbrica). Fr ancisco Camino. Cuéllar.
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