La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

llegada del Virrey Jáuregui, quien ordenará la tremenda ejecución de Túpac Amaru, con quien ejercieron -según Palma- "los más bárbaros horrores". Del suplicio también sufrirán Micaela Bastidas, la esposa del Cacique, y numerosos familiares. El sabor novelesco de esta historia, ger– minadora del espíritu revolucionario aun en los criollos nobles de Lima como Baquíjano y Carrillo, está en el envenenamiento del Virrey Jáure– gui, en 1784. Palma epiloga: "Así vengaron los indios la muerte de Túpac Amaru". Para la misma época y ambiente antiaduanero, Palma dedica la tra– dición: "Los pasquines de Yauli" de la Séptima Serie, donde sus tradi– ciones toman un mayor sentido crítico. El 25 de Diciembre de 1780 -cuenta- apareció un pasquín en la I_glesia de San Antonio de Yauli: "Sepan todos los agraviados de las alcabalas y de los nuevos impuestos cómo el Señor Emperador Túpac Amaru nos tiene notificados a todos sus amigos de esta provincia de Guarochirí como tenemos armas en las paseanas de Chicoxira . . . Valor amigos, y ¿quién sabe?" ... Un es– píritu de rebelión parece vivir latente en esa zona -que habrá de ser importante centro de operaciones montoneras- desde la época de los amotinados de Amancaes de 1749; y Palma añade que hubo muchos otros pasquines anteriores; entre ellos uno que rezaba así: "De tripas de ne– gritos //haremos cuerdas,// para mandar chapetones// a la m." ... , atri– buido a una muchacha apodada "La Coquerita" que era de las pocas que sabían leer y escribir en Yauli. De las instructivas tomadas entonces re– sultaba culpable del pasquín citado en primer término un muchacho de Lima, expósito, ex-estudiante de sacerdocio enamorado de "La Coque– rita" llamado Pepe Alarcón, hasta que se descubrió la autoría de tres indios cabecillas de motín, vinculados a la acción que en el Cusco desa– rrollaba José Gabriel Túpac Amaru. Los pasquines que corrieron por entonces en el Virreinato del Pe– rú volverían a recorrer nuesto país, cuando se inicia la etapa de la In– dependencia, superado el momento fidelista, desde 1814 en adelante. En la Segunda Serie aparecerá una tradición de las más conocidas de Palma: "La gatita de Marí Ramos", ("que halaga con la cola y araña con las manos"). Sirve de escenario, a la narración, el Gobierno del Vi– rrey de Croix, en cuyas tertulias figura Unanue, el P. (mercedario) Ca– latayud -a quien los carolinos tuvieron por maestro de ideas reformis– tas, liberales-, el P. Rodríguez de Mendoza, Rector "por treinta años" del Colegio de San Carlos, donde se forja la generación de la indepen– dencia: Sánchez Carrión, Mariátegui, Tudela, etc. En la tradición se men– ciona al religioso agustino Juan Alcedo como autor de una sátira sobre la conducta de los españoles en América, quien por este motivo fue des– terrado "a la metrópoli para escarmiento de frailes murmuradores y de poetas de aguachirle". Aquello está como en paréntesis entre el extenso y agradable relato de esa tradición amorosa, clave en cuanto al estudio literario de Palma. A continuación de ella figura otra, "Pancho Sales, el Verdugo" donde nuevamente vemos a los intelectuales precursores de la emancipación en su tarea de definir el Perú a través de las páginas de El Mercurio l'eruano, en la época de Gil de Taboada Lemus. Palma recoge -98-

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