La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

la fundación de El diario erudito, el 1? de Octubre de 1792; y, luego, la de aquella revista, así como de la edición de La guía de forasteros de Una– nue, de 1793. Sería de interés tomar de esta tradición el hecho que a par– tir del 9 de diciembre de 1824 quedó vacante el cargo de verdugo que se, mantuvo a través del período virreinal. Unido a estas tradiciones -en las que aparecen hombres de pensamiento, sobre los que pesa el enci– clopedismo y por lo tanto un sentido liberal de la organización de los pue– blos- tendríamos el recuerdo propio de Palma del Convictorio de San Carlos, centro de formación de talentos próceres, de figuras intelectua– les que dirigirán el pensamiento libertario. Ese recuerdo se hace a través de "Los escrúpulos de Halicarnaso", en la Sexta Serie. Diversas pequeñas notas se vinculan a los momentos preliminares a la gesta de la independencia. En "Predestinación" de la Primera Serie, que apareciera en 1872, vemos a Juan Bautista de Lavalle elegido por prime– ra vez en votación popular Alcalde de Lima con la Constitución de Cádiz de 1812. "Cosas tiene el rey cristiano que :r,arecen de pagano" nos ofrece la vida del Conde de la Vega del Ren, - 'patriota de camisa limpia a quien costó no poco la independencia del Perú"- activo participante de los actos preparatorios al juramento de la Independencia de Lima, quien fuera conspirador liberal, _por sobre su condición nobiliaria, y de quien se afirma llegó a decir en la Plaza de Toros de Acho: "Obedezca usía, que se lo manda el soberano pueblo". Cuando se suprimen los títulos no– biliarios en épocas del Libertador Bolívar, el Conde de la Vega del Ren se apartará "desencantado de la patria, de los patriotas y los patrioteros", dirá Palma en la citada tradición de la Sexta Serie. Pero, particularmen– te, por la pérdida de su privilegio social. Tal vez si sólo tenga valor anecdótico, pero nos sirve para encontrar la pista de O'Higgins, de Lord Cochrane, de Stevenson, secretario de ese marino inglés, etc., la tradición "De menos hizo Dios a Cañete", donde descubrimos que el Virrey inglés Ambrosio O'Higgins, padre del prócer chileno, y el Arzobispo Juan Domingo González de la Reguera, fueron condueños en Lima, antes de llegar a esos altos cargos de una tienda en la esquina de la calle Judíos frente al Portal de Botoneros. Se publicó en la Séptima Serie. Por la misma calle de Judíos aparece como tendero otro personaje con quien Palma vincula una anécdota con la cultura de la emancipación: "Don Tadeo López, el condecorado", politiquero "de puerta de café", quien citaba a revolucionarios franceses y a enciclopedis– tas y que pronunciara algunas palabras en homenaje a Baquíjano y Ca– rrillo, en 1813, por haber sido nombrado Consejero de Gobierno. Tadeo López soportó la cólera del Virrey Abascal por haber publicado El Pe– niano Liberal con un artículo de un estudiante de San Carlos en que se hablaba de autonomía, de pueblo soberano, de cadenas y "de águila caudal del pensamiento, y de Roma, y de Esparta, y del buitre de Pro– meteo, y mucho de repiquetear nombres y símiles mitológicos, y aque– llo de las furias// del león ibero y de las tres centurias" ... , pone Palma, burlándose del dejo declamatorio y demagógico, "pirotecnia patriotera", añade. Mendiburu le da pie para asegurar históricamente la figura de ese inventor de la "fundición de tipos para imprenta", que produjera "justo -99-

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