La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

adivinanza". No deja de mostrar Palma aquí el desenfado que le es ca– racterístico. Abascal Je resulta simpático y nos lo presenta así a través de una biografía que se ve engalanada con la punta de ficción que el tradi– cionista emplea. Aquí tenemos, por ejemplo, aquella improvisada acción del monarca de hacer jefe de regimiento al hasta entonces capitán José Fernando de Abascal, después de verlo adiestrar a un grupo de soldados. Desde allí, hasta Virrey del Perú y Marqués de la Concordia no parará. Años los de su Gobierno donde se hace fuerte el poder español virreynal en el Perú -aun cumpliendo con la Constitución de Cádiz- mientras se debilita sensiblemente en la mayoría de los países hispanoamericanos; pero también vemos como, gastado su poder, tiene que entregarlo al Ge– neral Pezuela. El acertijo o adivinanza que Abascal debe absolver es aquél que el P. Molero, de los agustinos, le propone al entregarle tres bolsillas conteniendo cada una distinta especie: "Sal-Habas-Cal" ... Pal– ma cumple también en esta tradición con uno de sus más frecuentes pro– pósitos: jugar con el lenguaje, como en "la almilla" de "Dimas de la Ti– jereta" o "Los tres etcéteras del Libertador". La tradición "El virrey de la adivinanza" corresponde a la Segunda Serie y puede completarse con la ya citada "De esta capa nadie escapa", donde vemos el autorita– rismo de Abascal pero también la literatura pasquinesca como signo de una época. Esta tradición vino a aparecer en la Sexta Serie que la pro– logó con el repetido poema "Sinfonía a toda orquesta", firmado en Mi– .raflores en 1880 -que comienza con aquellos versos: "De cuanto y cuanto apolillado infolio// pude hacer monopolio// (afición y tarea de verdu– go)// he sacado ya jugo" ... En parte central dirá: "¿Los vivientes de ayer fueron mejores// que los de hoy? -No señores.// El hombre es siempre el mismo: cambia el traje// pero no de pelaje"... Y decide dejar --en una de tantas veces- de escribir "tradiciones". En aquel momento con evidente imperativo, ante la iniciación de la desgracia nacional. En "El Obispo de los Retrúécanos" y en "Asunto concluído" Palma se referirá a la Rebelión de Pumacahua y los Angulo con el triunfo en Picoaga y el desastre en Humachiri. En la primera --que va inserta en la Sexta Serie- pondrá al Obispo de Cuzco, Pérez Armendáriz, haciendo pública ostentación de su simpatía por la causa patriota: "-Dios sobre las causas que protege, pone una mano; pero en favor de la proclamada por el Cuzco (*) ha puesto las dos". En la segunda, expresa que aquella revolución debió acelerar la Independencia del Perú; y tiene por motivo central el triunfo del Cura Muñecas en La Paz y la ejecución en la horca del Marqués de Valdehoyos, quien habría expresado -a pesar de la Cons– titución de Cádiz- lo que más tarde diría Fernando VII para mal de sus culpas y pérdida de las colonias americanas: "Yo soy aquí la Constitución, yo soy todo y ... asunto concluído". Sobre su cadáver, en el poste donde pendía, se había colocado un letrero con aquella frase. Igual pudo colo– carse sobre el retrato del monarca, después de la Batalla de Ayacucho: "Asunto concluído". Tema es éste par'a la época de sus "artículos histó– ricos" y de tradiciones más elaboradas que aparecerán en la Novena Serie. ( *) Nota. Se trascribe al ortografía de Palma, porque para nosotros Cusco va con "s". - 101 -

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