La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

La Etapa Sanmartiniana Por el Dr. Gustavo Pons Muzzo En esta oportunidad nos vamos a ocupar de la organizac1on polí– tica del Estado peruano, o más propiamente, de las ideas políticas de San Martín. Al proclamar el sábado 28 de julio de 1821 la independencia del Perú, a San Martín se le presentaba el muy grave problema de la organización política del Perú que nacía a la vida independiente. Dos asuntos tenía que afrontar. Uno era quién iba a gobernar el nuevo Esta– do y el otro, la forma política que debía tener. No olvidemos que en muchas de las proclamas de la Expedición Libertadora, San Martín y O'Higgins habían ofrecido al pueblo peruano que se gobernaría por sus propios hombres y por sus propias leyes. Aún más. Era ya doctrina en la política exterior argentina que la Expedición Libertadora y el Ejér– cito de los Andes en manera alguna pretendían la depedencia de los te– rritorios que libertaran a las Provincias Unidas. Cuando San Martín es– taba preparando su expedición para libertar Chile, Alvarcz Thomas, en– tonces Director Supremo de las Provincias Unidas, le dice en una de sus instrucciones: "La forma de gobierno la dejará a discreción de ellos mismos, sin promover ni de lejos la dependencia a estas provincias". En vísperas de invadir la Capitanía General de Chlie, el Director de las Provincias Unidas don Juan Martín de Pueyrredón le dice que una vez que ocupe la capital de Chile "Nombrará el general igualmente con la misma caldiad de provisorio un presidente, que reuna en sí la dirección ejecutiva en las cuatro causas e invitará al ayuntamiento para que sin perder momentos proceda a dictar las disposiciones que gradúe nece– sarias para el restablecimiento del gobierno supremo del país en los términos más adecuados al sentir común de los habitantes, sin que en esta parte tenga el general ni el ejército más intervención pública que la de conservar el orden y evitar de un modo prudente el que la elección sea obra de la intriga de algún partido político contra la voluntad gene– ral y la seguridad del ejército". Cuando la Expedición Libertadora lle– gó a las costas peruanas en plan de ablandamiento de posiciones y de propaganda en 1819, se insiste en lo mismo. En la proclama de San Mar- - 116 -

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx