La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo
Mientras un apretujado grupo de niñas juega en ese patio, las otras niñas no pueden prestar la debida atención a las profesoras que conti– núan dictando sus clases, sencillamente porque el bullicio ensordecedor invade las aulas inmediatas. Y en estas aulas, de paredes cuarteadas has– ta lo increíble, pues esas 551 niñas están tan comprimidas en sus "car– petas" multipersonales -"ensardinadas" en sus latas, sería más exacto decir-, que aterra pensar en lo que sucedería de producirse un temblor en horas de clase. Pues bien, señoras y señores profesores: me conmovió el elevado op– timismo de las maestras que trabajan y viven bajo esas paredes y techos -espadas de Democles- que amenazan sepultarlas. Encabezadas por su directora, todas se hallan empeñadas febrilmente en lograr la pronta construcción de un nuevo local. Convencidas de que no todo debe espe– rarse del Estado -las muletas son para inválidos, no para sanos-, pues todas las maestras han llevado a cabo una meritoria promoción que han denominado "Campaña del metro cuadrado". Consistió ésta en la com– pra, por padres de familia mayormente, de uno o más metros cuadrados de un terreno en el que piensan levantar el nuevo local. Con los cien mil soles reunidos en esta forma, más los cincuenta mil donados por el Concejo Provincial, se ha comprado un amplio terreno. Según nos manifiesta la directora, el terreno así adquirido ha sido cedido al Ministerio de Educación. Habiendo cumplido las maestras con su parte de esfuerzo -a Dios rogando y con el mazo dando-, se encuentran ya en pleno derecho de esperar del Estado la pronta cons– trucción de un nuevo local para la Escuela "Francisco Corbetto". * * * Pero dejemos ya la escuela chinchana y hagamos una observación antes de entrar en materia. Probablemente algunos de ustedes han leído una famosa obra de literatura infantil, "Alicia en el país de las maravillas". Pues bien, en este hermoso cuento, ya desde sus primeras páginas, se hace Alicia, la heroína, una muy sabia pregunta: "¿Para qué sirve un libro si no tiene grabados ni diálogos?". Aunque no estamos ahora contando un cuento sino conduciendo una charla histórica, vamos a seguir el consejo de Alicia, la_ bie;11 educada niña inglesa, y es por ello que hemos esbozado algunas figuritas (*); y espero y deseo que la segunda parte de su consejo, el diálogo, lo esta– blezcamos con la amable e inteligente cooperación de ustedes, señores profesores. * * * (*) Los esquemas no se han incluído en el presente libro. - 127 -
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