La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

truir a las fuerzas realistas de la zona Arequipa-Puno; otra, que desde Lima debía marchar a la Sierra, por Matucana, sobre el agrupamiento enemigo de Jauja-Huancayo, en misión de fijación, es decir, impedir a este agrupamiento acudir en socorro de sus camaradas de la zona ama– gada (Arequipa); una tercera, procedente de Argentina, avanzaría hacia el norte, en dirección a Puno, también en misión de fijación respecto de los realistas del Alto Perú. Con la primera división (el grueso) debían cooperar, a su vez, otras dos divisiones: una, colombiana, que se em– barcaría en el Callao rumbo al sur; otra, chilena, que haciendo rumbo al norte, se le incorporaría en uno de los puertos de !quique o Arica. Y es lo curioso, que el grueso zarpa del Callao sin haberse asegurado previamen– te de la partida de las tropas chilenas. En maquinaria tan complicada era de temer que el entorpecimiento de una sola ruedecilla echaría a per– der el funcionamiento del conjunto. Así sucedió, en efecto. Esta maniobra -pulpo de cinco tentáculos-, ideada y preparada en sus pasos preliminares por San Martín, adolecía de grave pecado original, por lo que dice de ella el historiador peruano general Dellepia– ne: "El plan era muy complicado y su ejecución presentaba serias difi- cultades". · Siguiendo el citado precepto napoleónico de la sencillez, Bolívar -a diferencia del Protector, siempre inclinado al empleo de destacamentos y divisiones aisladas: la. y 2a. campañas de Arenales, mayor Reyes, Mi– ller, Alvarado, Bermúdez, Aldao, Tristán, etc.-; Bolívar, repetimos, va a maniobrar teniendo la totalidad de sus tropas en la mano, bajo su man– do personal y directo. Reunidas, apretadas en sólido haz -"concentra– ción de fuerzas"-, con ellas va a golpear con el máximo vigor a su ad– versario. Pesado martillo accionado con la mayor potencia. Al conocer el virrey La Serna la rebelión de Olañeta en el Alto Perú, dispone que el general Valdés, situado en Arequipa, parta de inmediato a aplastar al disidente, para reunir luego todas sus fuerzas -división Canterac (Jauja) y división Valdés- contra la seria amenaza que re– presenta la presencia del activo Bolívar en la región de Trujillo-Huaraz. En estos momentos, junio de 1824, la situación político-militar realista es, pues, análoga a la de los patriotas en setiembre-diciembre de 1823, al arribar el Libertador al Perú. En este último caso, a Bolívar le tocó, por disposición del Congreso, el mismo papel que a Valdés le señala ahora el virrey: la represión de un rebelde (Riva Agüero). Pero el Libertador -"con rapidez para concebir y audacia para eje– cutar", virtudes que le reconoce el argentino Mitre- no deja escapar la brillante ocasión que le ofrece esta "casa dividida" del enemigo. Apli– quemos a esta situación político-militar una muy clara definición de es– trategia que nos da un famoso mariscal de Napoleón, y se comprende– rtí perfectamente la habilidad y agresividad con que actúa Bolívar: "La estrategia tiene un doble objeto: l? Reunir todas nuestras tropas (ejército patriota), o el mayor número posible de ellas, sobre el teatro de la lucha (zona Cerro-Jauja), cuando no tiene sobre él el enemigo más que una parte de las suyas (Canterac solo, por ausencia de Valdés); - 163 -

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