La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

-confiesa el español Torrente- tuvo la mayor influencia en la suerte del Perú" . ... ''No fue la pérdida de 400 caballos sufrida por los rea– listas la parte más sensible para el celoso general que los mandaba, sino la desconfianza que se introdujo en ellos desde que vieron tanta sere– nidad y firmeza en sus contrarios". Este mismo autor, que muy pocos meses antes escribiera: ''El aspecto de los negocios públicos era suma– mente lisonjero para los realistas a fines de este año ( 1823). Desde la jornada feliz de lea (desbande de Macacona, abril de 1822) habían co– rrido una carrera de triunfos y glorias. Los enemigos habían sido bati– dos cuantas veces habían tenido serenidad para ponérseles al frente (Macacona, Torata, Moquegua, Zepita, El Talón)"; ahora, al ocuparse de Junín y sus consecuencias, afirma sin ambages: "Si esta acción se hu– biera ganado habría formado el primer eslabón de la cadena de triun– fos; se perdió, y lo formó de contrastes v reveses". Concentración. En determinado momento de la guerra que los fran– ceses sostienen en España, escribe el Emperador a su coronado herma– no José: "Tu ejército se encuentra excesivamente disperso; debe mar– char de forma que pueda reunirse en un solo día sobre el campo de ba– talla". Trece días antes de la batalla de Ayacucho escribe Bolívar a Sucre: "Usted debe tener reunido su ejército y marchar con él siempre unido sobre el enemigo". Unas pocas líneas más adelante, insiste: "Digo a us– ted rotundamente, que no creo conveniente la operación que usted me ha indicado". . . . "Si usted la ha ejecutado, habrá usted obrado en sentido opuesto a lo que tantas veces le he dicho: la unión hace la fuer– za" (26 de noviembre de 1824; el último subrayado es del Libertador) . ¿A qué obedecen estas repetidas advertencias? En los primeros días de noviembre, encontrándose el ejército patriota estacionado en la re– gión sur de Andahuaylas, Sucre es informado de que los realistas efec- obstante se continuó la nuestra con la mira de interponernos, en caso de que contramarchase, informado de nuestra dirección. "S.E. (Su Excelencia) el Libertador supo ayer en Conocancha que todas las fuerzas españolas, compuestas de ocho batallones, nueve escuadrones y nueve piezas de campaña al mando del general Canterac, se hallaban en Car– huamayo. S.E. dispuso hacer una marcha forzada y directa a Reyes, donde los enemigos habían de tocar en su retirada, pensando celebrar el aniversario de Boyacá con la libertad del Perú, porque S.E. contaba con dar una batalla, puesto que el enemigo la provocaba. Por precipitado que fue nuestro movi– miento, no pudimos lograr esta ventaja, ni satisfacer los deseos del ejército: los españoles habían vuelto sobre sus pasos con una velocidad indecible. Al llegar a la altura que domina estas llanuras, observó el Libertador que el ejército enemigo seguía rápidamente para Tarma (sin hacer frente a los pa– triotas, quiere significar Santa Cruz), hallándose aún nuestra infantería dos leguas (10 kilómetros) distante del campo de Junín. En consecuencia, trató de retardarles la marcha, presentándoles algunos cuerpos de caballería. Siete escuadrones mandados inmediatamente por el intrépido general Neco– chea, comandante general de la caballería, se adelantaron a las cinco de la tarde, al trote, hasta la llanura donde se hallaba el enemigo". . . (Los parén– tesis y subrayados son del conferenciante). - 165 -

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