La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo
viembre de 1823, al internarse Bolívar "en cuña" -entre el enemigo "in– terno", Riva Agüero, dueño del norte, y Canterac, enemigo "externo", dueño del centro--, encuentra que se le hace el vacío: los habitantes aban– donan sus pueblos y caseríos, llevándose consigo todo elemento de vida y movilidad. En esta difícil situación, el Libertador se ve precisado a re– currir a las mujeres campesinas para organizar el indispensable servi– cio de "propios" o mensajeros. Y, en esa ocasión, todos los jefes patrio– tas reconocen esta invalorable ayuda de la mujer peruana. Hemos escuchado manifestar al general español Torrente, con des– agradable sorpresa, cómo en muy breve tiempo, como brotado de las en– trañas de la tierra, surge en el norte un magnífico ejército patriota, to– talmente equipado y de muy elevada moral. Y claro está que una má– quina de guerra de su magnitud y calidad no se hace sin inmensos sa– crificios. Dice Bolívar, desde Pativilca, a Santander: "La marina de Co– lombia y del Perú nos cuesta más de lo que valemos, porque son ingleses los oficiales y marineros, y porque ganan de 18 a 20 pesos los de última clase, mantenidos a la inglesa, y costando todo treis veces más c~ que en Inglaterra. Agregue usted que tres o cuatro provincias de Colombia y del Perú no pueden hacer la guerra solas, manteniendo, a la vez, gobier– nos, ejércitos y marina. La guerra de Pasto (sur de Colombia) sola con– sume más de lo que da el departamento de Quito. Quiere decir que Gua– yaquil y Trujillo han de hacer milagros" (25 de febrero de 1824). Y es la verdad que, como con varita mágica, en brevísimo tiempo, el pueblo peruano, impulsado y guiado por el Libertador, obró el mila– gro. Poco después escribe al general Salom: "El ejército del Perú se ha reorganizado a mi lado, y esperamos, dentro de poco, estar en estado de derrotar a los godos" (Trujillo, 9 de abril de 1824). Antes, previendo un posible ataque del enemigo, había dicho a Sucre: ... "de ningún modo dejará usted d~ acercar a su cuartel general el regimiento de Húsares que está en Moro, a ocho leguas distante de Nepeña, al pie de la serra– nía. Sin este regimiento no dé usted acción alguna, porque se pierde por falta de caballería. A este propósito mandaré a usted el escuadrón de lan– ceros del Perú, que es excelente, y está en Huaraz, y marchará inmedia– tamente hacia Cajatambo" ... En la batalla de Ayacucho intervienen dos divisiones colombianas de infantería y una peruana. Así lo señala el orden de batalla. No obs– tante, se sabe que las divisiones colombianas estaban integradas en no corto número por soldados peruanos, mayormente procedentes de las provincias del norte. En cuanto a la contribución en medios materiales, el muy documentado historiador venezolano Vicente Lecuna, el que me– jor ha estudiado los archivos bolivarianos, rinde homenaje al patriotis– mo peruano, al enumerar brevemente los esfuerzos realizados. ''En las tres provincias de Huamachuco, Conchucos y Cajamarca, en el centro de la Cordillera, se fabrican en telares de mano, pañetes muy buenos, color mercilla, propios para pantalones y capotes. En marzo ( 1824) se encar– garon a estas provincias 8,000 varas" ... "De Lambayeque se sacaron za– patos, sillas de montar, pieles de lobo y cordobanes (piel de cabra). Ca– jamarca dio telas de lana y algodón. En Trujillo se fabricaban cantim- - 168 -
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