La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

ploras, lanzas, clavos y suelas y se adobaban las herraduras. De las mi– nas de Huarnachuco se extrajo plomo. En Huaraz se hacían bayetas de lana y se teñían de diferentes colores. En esta misma ciudad se fabrica– ban espuelas con hierro viejo y morriones con correas de cuero bien curtido. En Yungay y Carhuaz, donde pastaba la caballería en abundan– tes alfalfares, se construían herraduras y clavos, sillas y correas"... Pero la verdad es que la independencia peruana era empresa ameri– cana, además de peruana. Y así corno con duros sacrificios de Chile se organizó la Expedición Libertadora que O'Higgins puso en manos de San' Martín -soldados, barcos, armas, dinero, poderes para pactar con el vi– rrey del Perú-, en forma análoga, diversas regiones del continente co– laboran en la gigantesca empresa de Bolívar. Continúa Lecuna: "A Gua– yaquil pidiéronse lanzas largas y fuertes al estilo apureño (de Apure, r egión de los llanos venezolanos); también suelas, pitas, hierro de Viz– caya, pólvora, plomo y fusiles. En este importante departamento, fuen– te principal de recursos de la campaña del Perú, se construyeron además vestuarios y capotes con paños de Quito". Ya en fulminante marcha sobre el enemigo iniciada en Huaraz, al llegar a Huariaca (norte de Cerro de Paseo) escribe a La Mar: ..."Todo está preparado para completar la destrucción de los enemigos" ... "nos- otros no dejaremos de llevar 9,000 hombres, contando con las guerrillas, que en mi opinión valen mucho para todo" (9 de julio de 1824). No ne– cesitarnos repetir el conocido decreto suyo por el que los Húsares del Perú, luego de su exitoso bautismo de sangre, se convierten en Húsares de Junín, justo premio a su oportunísima y brillante intervención en la batalla del 6 de agosto. Terminaremos con palabras del Libertador, definitivas y consagra– torias en el reconocimiento de la valía del esfuerzo peruano en pro de la independencia de la patria. En carta a su amigo Restrepo, al darle cuen– ta de la triunfal marcha cumplida hasta noviembre de 1824 (ver pági– na 145), concluye en estos términos: "Estos prodigios se han logrado con el patriotismo de los pueblos y el crédito del ejército". Libertador De hecho, de derecho y según el consenso de entendidos en acha– que histórico, Bolívar es el Libertador del Perú. Y no lo es ni puede serlo ninguno otro. Pocas cosas hay que satisfagan más al espectador c;le competencias deportivas, que contemplar cómo apenas finalizado reñido enctJentro de fútbol en que se disputó con ardor la conquista de preciado trofeo, en medio de los aplausos del público se acercan los vencidos a abrazar y felicitar a los triunfadores. Aun sangrantes las abiertas heridas de los combatientes de Ayacucho -lo valiente no quita lo cortés-, el general - 169 -

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