La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

y con amplia visión histórica y jurídica, que la Independencia de las na– ciones hispanoamericanas es la suma de las "Independencias" de las di– versas provincias nuestras en una feliz adición de voluntades separatis– tas. Y esta manifestación de voluntad en cada provincia no es fruto vio– lento de una hazaña militar, y si es el resultado de grupos que ya viven en reprimido silencio en unos casos, y en la heroica combatividad en otros, la preocupación por la patria. Podría mencionarse a lea, a Tarro.a, a toda la ruta de la primera expedición de Arenales, al norte del Perú que se in– corporan progresivamente al fenómeno que más tarde asume Lima en los días memorables de Julio de 182J. La vida en común desde los primeros años de la colonización españo– la crea una realidad nueva que no es más España ni es tampoco el Tahuan– tinsuyo. Se inicia la historia de la población, de la colonización (16) en su sentido técnico y humano profundísimo. Principia al mismo tiempo la historia de esa convivencia, de esa vida en común entre españoles, crio– llos, mestizos e indios, unidos todos por la calidad americana y peruana. Se integra pues una historia, un recuerdo colectivo, que implica solidari– dad frente al pasado y sugiere una actitud en el presente. Este vínculo poderosísimo agrupa a los peruanos entre sí y los distingue al mismo tiempo de todo lo que no pertenece a esa comunidad. Hay un proceso afir– mativo y otro de negación. El argumento de la historia peruana es de un valor incomparable pa– ra el fundamento de la hipótesis. La historia como recuerdo aglutinante y como actitud vital. Así, la tradición peruana que se forma -tradición, es– tilo propio de vida- orienta una vocación. Esta historia común, muestra los más varios elementos de la vida que ya se realizan en el medio nuestro en forma original. Sin entrar en prueba, que sería reiterativa, puede hablarse de lo mestizo en un sentido superior y no estrictamente racial; se verifica en la nueva visión del pai– saje, en la lengua, en la inspiración artística en la expresión de determina– dos aspectos de la vida religiosa, en la sensibilidad para reaccionar ante lo extremo, en suma, puede hablarse con propiedad de una idiosincrasia, de una manera peruana de vivir. Esta manera peruana de vivir, que es mestiza, fruto de la Historia del Perú, es la que se halla en la profundidad humana impenetrable al análisis histórico, y es al mismo tiempo la que va a crear la exigencia de la separación. Es urgente reiterar la amplitud del mestizaje como elemento creador de nuestro país. El español mismo en muchos casos vive aquí con criterio americano y todos aun los blancos puros tienen mentalidad mestiza en nuestro país. Un testimonio de Ortega es útil para esclarecer el sentido de la actitud americana en el peninsular (1). El mestizaje está, pues, en (1) "Se trata de una idea que invertiría por completo la perspectiva usada en la consideración de la historia de las relaciones entre España y América. Es un error -a mi juicio- pensar, como siempre por inercia mental se ha pensado, que -17-

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