La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo
de los hombres que en el XVIII trabajan de manera indirecta por la auto– nomía que no advierten. Ya el Padre Vargas Ugarte considera las Memo– rias no sólo de mérito científico sino también como testimonio valioso al observar los errores del gobierno (7). Medina transcribe documentos de Llano Zapata que esclarecen su preocupación por lo peruano. Hay una carta que él envía a Escandón: "Quisiera que Vmd. se dedicase a com– poner una obra que en la América hace falta y en la Europa se desea. Es ella la historia de nuestros escritores, que con menoscabo de las cien– cias y deshonra de la literatura, yacen olvidados. En tal cual libro se leen algunas noticias, que sobre poco fieles, son diminutas y pasajeras. Las fuentes donde se ha de beber una verdad que nos interesa son las me– morias que en sus archivos guardan los cuerpos literarios de Lima, y las que, como un riquísimo tesoro, conservan algunas familias del Pei;ú. De éstas, bien examinadas se sacarán la profesión y progresos de cada uno, sus escritos, impresos o manuscritos, sus peregrinaciones o viajes, sus descubrimientos o hallazgos, y la edad en que existieron, sin perder de vista los autores regnícolas o extraños que les critican o elogian" (8). Es distinto el caso de Baquíjano y Carrillo. En el "elogio" de J áure– gui ya son notorios sus méritos en tanto que afirmación del espíritu crí– tico, de la independencia personal y de la preocupación por la justicia del gobernante; empero, hay en todo el "elogio" la presencia profunda del Perú. Baquíjano habla sobre un gobernante del Perú y habla en cierta manera como representante de un estado de opinión y de un viejo anhelo. Su testimonio no tiene la calidad erudita que se advierte en Llano Zapata, o en el "Mercurio Peruano", pero el Perú, repetimos, está presente en su raciocinio, en la razón de su alegato y fundamentalmente en su ilusión por un gobierno que realice el bien común (9). (7) El Padre Vargas utiliza testimonios de Medina de su Biblioteca Hispanoa– mericana y alude a las censuras que en España merece la obra de Llano Zapata. (8) José Toribio Medina. La imprenta en Lima. Santiago de Chile, 1904-5, t. III, p. 17-18. (9) Luego del estudio clásico sobre Baquíjano que prepara José de la Riva– Agüero (Boletín del Museo Bolivariano, N? 12, agosto 1929, p. 453.-502) debe citarse: Miguel Maticorena Estrada: La proscripción del "elogio" de Baquíjano y Carrillo. ·En: Mar del Sur, Lima, 1951, N? 18; César Pacheco Vélez. Las conspiraciones del conde de la Vega del Ren. En: Revista Histórica. Lima, 1954, t. XXI. También es útil la referencia documental que aparece en el Boletín Bibliográfico de la Universi– dad Nacional Mayor de San Marcos, julio de 1949. En las compilaciones de Luis An– tonio Eguiguren, sobre la Universidad de San Marcos, hay necesarias referenci~s. Cé– sar Pacheco en su estudio citado publica documentos sumamente valiosos que es indispensable consultar para obtener una cabal visión del pensamiento político de Baquíjano; las pruebas confirman no sólo que Baquíjano no es separatista, sino que inclusive llega a ofrecer al virrey datos interesantes contra los conspiradores lime– ños. Parece pues ya inalterable la imagen de Baquíjano como precursor liberal y reformista, dentro de los cánones de la fidelidad al monarca. José Toribio Medina. La Imprenta en Lima, t. III, p. 106-115, al transcribir la ficha del elogio de Jáuregui, registra documentos utilísimos para conocer la resonancia oficial que merece el dis– curso de Baquíjano y el peligro político que la Corona advierte al Virrey. Del Archi- -20-
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