La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo
exhumación biográfica que realiza el Padre Vargas se añade últimamente el útil estudio del Padre Batllori y la constante resonancia de la Carta a los españoles americanos en la bibliografía continental. Viscardo es precursor de la Independencia hispanoamericana; sus argumentos valen no solamente para el Perú. El espíritu del que estudia la Carta a los españoles americanos no puede ser análogo al ánimo de quien maneja una obra erudita. Es pueril censurar a Viscardo porque no advierte la amplitud de la obra coloni– zadora. La Carta hay que estudiarla con el criterio propio de quien in– vestiga un documento revolucionario, por consiguiente apasionado y po– lémico; la Carta es una proclama y no un testimonio erudito. Además hay que reconocer la situación personal de Viscardo, su legítimo resenti– miento, su vida errante, la desconexión de su patria. Hay que buscar en cambio el entusiasmo de Viscardo frente a América, frente al país que es, que tiene una realidad social. Para Viscardo la Independencia no viene del error de España, ni de las influencias forasteras, ni de otros proble– mas adjetivos; para él, la Independencia es legítima porque América ya existe, y sin desconocer la importancia de los errores y de la mala situa– ción del virreinato, lo esencial está en la realidad americana. "Hermanos y compatriotas: La inmediación al cuarto siglo del esta– blecimiento de nuestros antepasados en el nuevo mundo, es una ocurren– cia sumamente notable, para que deje de interesar a nuestra atención. El descubrimiento de una parte tan grande de la tierra, es y ser'á siempre para el género humano, el acontecimiento más memorable de sus anales. Más para nosotros que somos sus habitantes, y para nuestros descendien– tes, es un objeto de la más grande importancia. El nuevo mundo es nues– tra patria, y su historia es la nuestra, y en ella es que debemos examinar nuestra situación presente, para determinarnos, por ella, a tomar el par– tido necesario a la conservación de nuestros derechos propios, y de nues– tros sucesores" (23). Su gran aporte se halla en esa justificación doctrinal de la Indepen– dencia. La patria del americano está en el nuevo mundo y nó en España. Puede objetarse que Viscardo no habla de la nacionalidad peruana en particular; mas, al proclamar la realidad social americana implícita– mente afirma lo peruano, y lo que es más importante, subraya el distingo entre España y América, y el nexo de conocimiento y de afecto entre el hombre americano y el nuevo mundo. No obstante la visión que Viscardo tiene del Perú se halla más ligada con los conquistadores y con la actitud más propiamente criolla y mestiza. La imagen de los indios en realidad la omite. También insiste en la distancia que separa América de España y ve así otro elemento de disparidad; afirma, inclusive, que los intereses de América y España son contrapuestos y que el bien de una, precisa la destrucción de la otra. (23) Juan Pablo Viscardo y Guzmán. Carta a los españoles americanos. En: Boletín del Museo Bolivariano. Magdalena Vieja, setiembre-octubre, 1928. -25-
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