La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

Para Batllori es un tipo paranoide. El Padre Vargas Ugarte opina, que su "sed de libertad" le hace concebir "la idea de libertar América, con un tesón que nos revela su viril entereza". Son dos opiniones opues– tas. Sin embargo la tesis de Batllori, no resiste un análisis serio. Que Viscardo tuviera un carácter misantrópico al fin de sus días, no debe extrañarnos; que fuera amargado es muy comprensible. Recor– demos la verdadera persecución a que estuvo sometido, las injusticias que con él se sometieron, además su odioso extrañamiento. Todo ello ex– plica su reacción mas no puede tildársele de paranoico, sin exageración preconcebida, con tan pocos elementos que apoyen tan grave juicio. La lectura de sus cartas nos permite penetrar en su pensamiento y nos revelan la trascendencia que tuvo para la revolución americana. El estudio cada vez más detenido de los escritos de Viscardo, nos permite afirmar que era dueño de una cultura extensa, producto de la formación como jesuita, que recibió en su juventud a lo que se debe añadir la pa– ciente y continuada lectura de libros, como se desprende de los escritos que nos han llegado. En setiembre de 1781 ya afirma y preconiza, la necesidad que tiene hispanoamérica de independizarse. Con una tenacidad asombrosa per– sigue su objetivo y cuando muere permanece fiel a ese ideal. Con Vis– cardo la patria peruana tenía una deuda de gratitud, que viene a saldar– la ahora, en que con ocasión del Sesquicentenario de la Independencia, la Comisión Nacional ha acordado se coloque su efigie en el "Monumen– to a los Próceres", como paradigma de los ideólogos. Una de las ideas centrales que encontramos en los escritos de Vis– cardo es su concepción de la libertad. Esto nos permite afirmar que para Viscardo y Guzmán, "la conciencia de sí" ha tomado cuerpo en los his– pano americanos tanto individualmente, como en América como colecti– vidad. Por esto invita repetidamente a los americanos a conseguir su liber– tad en el plano personal, para la persona humana y "sacudirse del yugo por todos aborrecido" y también en el campo político, para que la patria sea libre. Por esto increpa a sus compatriotas americanos diciéndoles: "Siendo tanta nuestra simpleza que nos hemos dejado encadenar con unos hierros, que si no rompemos a tiempo, no nos queda otro recurso que soportar pacientemente esta ignominiosa esclavitud". Esta invitación viene fundamentada con argumentos de orden filo– sófico, sociológico y jurídico. Así dice: "la conservación de los derechos naturales y, sobre todo, de la libertad y seguridad de las personas y ha– ciendas, es incontestablemente la piedra fundamental de toda sociedad humana" y añade que es una obligación indispensable de toda sociedad, no solamente respetar sino aún proteger eficazmente los derechos de ca– da individuo. Sostiene ''que esos derechos preciosos que no somos due– ños de enagenar" y que "el libre uso de estos mismos derechos es la he– rencia inestimable que debamos dejar a nuestra prioridad". - 37-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx