La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo
el futuro se refunden en la actitud y acción renovadora de Túpac Amaru, terror de los colonialistas y_ esperanza del pueblo. Por último cabe abordar el punto de vista tupacamarista, su pers– pectiva ideológica, su actitud frente a otros líderes hispanoamericanos. Porque en documentos de Túpac Amaru yace un rico contenido inexplo– tado por la historiografía tradicional. Gracias a la presencia de un rarísimo líder social como Túpac Amaru, principiamos a sacudirnos de un historicismo colonialista tradicional. Su impacto diluye viejas actitudes e incentiva de modo inefable. Porque estábamos dejando de ser virreinales, pero persistíamos en nuestro colo– nialismo. Esta actitud se proyecta claramente en una porfiada miopía pa– ra las cosas y hombres nuestros en el caso de la Emancipación y en mu– chísimos otros análogos. En la vida histórica hay sucesos que constitu– yen derrotas externas. Sin embargo, representan victorias en lo esencial por su carga de futuro. El tiempo en lugar de avejentadas, las mantiene con juventud de promesa. En cambio hay otros que, a pesar de su es– pléndido aspecto externo, tipifican fracasos porque se agotan en su mo– mento. La historia está cuajada de ambos géneros de tales acontecimien– tos. Desde éste punto de vista, Túpac Amaru aparece como el precursor de una libertad plena que ha quedado como un mensaje hacia el futuro. Si recordamos que la Emancipación es la libertad mirada desde el án– gulo de la casta criolla, Túpac Amaru pone mucho más. Porque él apa– rece entre nosotros como un precursor de la Independencia, es decir de la libertad contemplada desde el punto de vista de los indios y de las castas no privilegiadas. Es una ancha base no de las minorías sino de las mayorías, que comprende a priori a los propios criollos. En consecuen– cia, es un precursor de hoy, de los anhelos y perspectivas del Perú con– temporáneo. Si comparamos a Túpac Amaru con San Martín y con Bolí– var, él encarna al héroe social cuyo mensaje no se ha marchitado. En su tiempo conmovió Sudamérica y hoy florece en todo el Continente. Frente a esto, ambos libertadores, socialmente, se quedaron en el grito emancipa– dor a nivel hispanoamericano. Cumplieron la gran hazaña desde el punto de vista externo. San Martín fue más querido por los hombres de su tiem– po en el Perú, porque estuvo más cerca de la visión emancipadora crio– lla. Caerá en cuanto se sacude de esta. Bolívar será aquí combatido, por– que su planteamiento fue más radical ya desde la "guerra a muerte" con– tra el régimen monárquico. Después se le considerará utópico por su idea de la Confederación de los Andes. Precisamente este proyecto cargado de futuro, irrealizado entonces, lo actualiza hoy. Es justo decir que San Martín, olvidado en este aspecto, también pensó en una Confederación del Sur. Ambos son los más altos exponentes de la visión emancipadora criolla. Su problema estriba en que habiendo trascendido el localismo audiencia! (Audiencia de Lima, de Charcas, de Buenos Aires, de Bogotá etc.), chocarían después con los criollos que deseaban gobernar oligár– quicamente cada sector transformado en un nuevo Estado. San Martín y Bolívar son triunfantes libertadores sin ser en lo esencial revoluciona– rios. Túpac Amaru es fundamentalmente revolucionario, a pesar de ser un derrotado libertador. -46-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx