La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo
El elenco clásico de los movimientos del XIX lo trazó en 1860 don Benjamín Vicuña Mackenna un historiador chileno que vivió entre nos– otros en días de ostracismo político y que supo recompensar la hospita– lidad peruana con una justiciera preocupación por la acción peruana en la gesta emancipadora, aunque más tarde adoptara una beligerancia in– creíble en la guerra del Pacífico. Vicuña recogió la tradición viva sobre los decisivos años de Abascal y de Pezuela en el Perú, y sobre todo en Lima, en su célebre opúsculo titulado La Revolución de la Independen– cia del Perú, aparecido inicialmente por entregas en El Comercio, de Lima, el indicado año de 1860 y reeditado luego en Lima, por la Ed. Garcilaso, en 1924, y del cual acaba de hacer una tercera edición el Centro de Es– tudios Histórico-Militares del Perú al incorporar el valioso prontuario de Vicuña en el primer tomo de su serie antológica titulada El Perú y su Independencia (Lima, 1970, pp. 137 a 238). En ese libro, cuyos editores han tenido a bien repróducir un trabajo mío sobre Viscardo, se reedita también un texto de Sebastián Lorente sobre el mismo tema. Vicuña to– mó datos directamente de los sobrevivientes y actores de los acontecimien– tos. Sus versiones se complementan casi siempre con las del Diccionario de Mendiburu y, lo que es más importante, con la posterior investigación documental. Es librito de consulta indispensable frente al tema. Pues bien, el esquema esencial de Vicuña es el siguiente: 1805: Conspiración de Aguilar y Ubalde en el Cuzco. 1808: Y años siguientes: Conspiraciones y síntomas de inquietud en Lima. 1811: Levantamiento de Zela, en Tacna. 1812: Levantamiento de Crespo y Castillo y otros en Huánuco. 1813: Levantamiento de Paillardelle en Tacna. 1814-1815: Rebelión de los hermanos Angulo y Pumacahua en Cuzco, con repercusiones en Ayacucho, Arequipa y el Alto Perú. 1817: Conspiración de Gómez, Alcázar y Espejo en el Callao. Frente a ese elenco, que como repito es el clásico, cabe afirmar que los movimientos peruanos tienen una cierta continuidad, abarcan todo el sur, parte de la sierra central y, en el norte, sólo las zonas de Huánuco y Lima. La investigación posterior a Vicuña permite ampliar considerable– mente este esquema. Así, por ejemplo, hay que señalar en: 1812: La sedición de Huamanga, estudiada por Luis Antonio Eguigu– ren en un folleto del mismo nombre (Lima, Imp. Gil, 1935, 89 pp.). Los patriotas huamanguinos se proponían deponer al Intendente Demetrio O'Higgins y colocar en ese puesto al doctor Miguel Ruiz de la Vega, que - 53 -
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