La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo
acababa de ser elegido diputado a Cortes. Era un criollo distinguido; su elección había promovido fiestas y celebraciones análogas a las que se celebrarían en Lima con motivo del nombramiento de otro criollo, José Baquíjano y Carrillo, como miembro del Consejo de Estado, en la metró– poli. Se trata de una sedición casi anónima y fracasada, pero tanto el Al– calde José Matías Cabrera, cuanto el propio Ruiz de la Vega son tacha– dos por las autoridades españolas de "renuentes". A la sedición de abril se sigue otra, en mayo, llamada la sedición de los pasquines. Se produce un movimiento de tropas y el Virrey Abascal, escuchando al Subdelegado Francisco de Paula Pruna, toma previsiones militares. Precisamente en un documento de Paula Pruna, de este momento, hay un testimonio que se ha convertido en cita obligada para comprender la tesitura del espíritu criollo: Pruna dice a Abascal que él percibe en los peruanos no ya sólo un rechazo a las autoridades sino un rechazo a todo lo español. Del viaje po– sible de Ruiz Vega a las Cortes nada sabemos. Vargas Ugarte recoge los datos de Eguiguren sobre este movimiento, sin embargo aún los textos escolares no se refieren con precisión a este conato subversivo de Hua– manga en 1812. 1813 y 1814: hay en Lima varias y sucesivas conspiraciones del grupo patriota de Riva-AgUero y Vega del Ren. Al tratarse de las conspiraciones limeñas de la época de Abascal y Pezuela, siguiendo a Vicuña y las fuen– tes consabidas, se habla del movimiento de los hermanos Silva, del de Anchoris y los porteños, la muy imprecisa de los oratorianos (que recoge Palma en una tradición) y se hace una vaga referencia a una del Regi– miento El Número. En 1954, perdóneseme la inelegancia de la autocita, publiqué un trabajo titulado Las conspiraciones del Conde de la Vega del Ren (Revista Histórica, Lima, 1954, t. XXI) en base a documentos inéditos del Archivo General de Indias de Sevilla. En ese trabajo se da cuenta de otras dos conspiraciones limeñas: una en 1813, con motivo de las elecciones para el Cabildo constitucional (comicio que produce una polarización de fuerzas claramente políticas entre peninsulares y crio– llos); y una conspiración en el Callao, del mismo grupo patriota, en oc– tubre de 1814, aprovechando la procesión del Señor del Mar en el puer– to, que es distinta a la conspiración de El Número, en abril de 1814. La base de mi trabajo fue el expediente seguido a Vega del Ren (don José Matías Vásquez de Acuña) por sospechoso, en el cual constan declaracio– nes de 14 personalidades destacadísimas del Virreinato, sobre la sjtua– ción política y la actuación de este grupo patriota, entre ellas una muy re– veladora de don José Baquíjano y Carrillo en las vísperas de su último viaje a España. 1818 y 1820: Conspiración dirigida por Riva-Agüero desde Lima y que abarca toda la costa central y norte hasta el Callejón de Huaylas. Sobre ella sólo se hacían vagas referencias. La publicación del Diario del Virrey Pezuela (Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1947) comien– za a dar mayor luz sobre este movimiento. En los documentos indicados hace un momento hay también referencias, pero sobre todo son los testi– monios de los enviados sanmartinianos García y Paredes, apresa– dos por los realistas, los que permiten tener una imagen precisa y am– plia de esta conspiración, de sus jefes, de la extensión del movimiento pa- - 54-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx