La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo
triota antes de que llegara la Expedición Libertadora, de los grupos for– mados en pueblos diversos a todo lo largo de la costa de Lima y Ancash y en la sierra de Huaylas. Estos documentos los publica por vez primera José Agustín de la Puente Candamo (en Mar del Sur, N'? 12, Lima, julio– agosto de 1950). La famosa delación del espía García, como llaman los realistas a ese testimonio, es de gran importancia y permite incorpo– rar una conspiración más al elenco tradicional. Todavía no hablan de ella los textos escolares. ¿Habrá en esto una influencia de la leyenda negra contra Riva-Agüero, originada más tarde, del lado bolivariano y, desde luego, por la equivocada actitud del prócer en 1823? El tomo, o los tomos, que la Comisión Nacional del Sesquicentenario dedique a Riva-Agüero en su citada Colección, con documentos del archivo de su bisnieto,el gran historiador Riva-Agüero y Osma, tal vez permita aclarar muchos porme– nores de esta biografía tan interesante. En fin, por el trato de los papeles y fuentes de la época, puedo decir que mi impresión es que en Lima de 1809 a 1820 hay una sola y continua– da conspiración, obra de un mismo grupo patriota que con los años va creciendo, que tiene una formación verdaderamente nacional por la pro– cedencia de los elementos que lo integran (aristócratas, burgueses, arte– sanos, militares, funcionarios, catedráticos, frailes y clérigos, libreros, pe– riodistas, etc.) y que intenta dar sucesivos golpes, en cada coyuntura fa– vorable, "con ánimo invicto, pero con sino adverso" como dice Riva– Agüero y Osma. Ese grupo aparece dirigido por Riva Agüero, sospechoso de patriota para las autoridades españolas desde que retorna de España hacia 1810 imbuido de la ideología liberal. Es procesado y arrestado por un folleto panfletario sobre el Tribunal de Cuentas. Escribe luego su cé– lebre impugnación del régimen español, que se publica en Buenos Aires, que se conoce como Las 28 causas. Interviene en sucesivos conatos revo– lucionarios, hasta el último indicado de 1819. No es pues inexplicable, ni mucho menos, que San Martín busque la conexión con Riva-Agüero y su grupo en cuanto concibe su genial plan libertario que cambia sustan– cialmente la ruta de los patriotas del Río de la Plata para llegar al cora-1 razón del poder español. Podría concluirse, pues, que el principal cons– pirador limeño de este largo período es Riva-Agüero y Sánchez Boquete. Otra conclusión legítima es la de que Lima conspira, y mucho, en este tiempo precursor. No se puede sostener ya más la tesis de una Lima in– dolente o indiferente frente a la causa patriota, tesis que ha servido para demasiadas generalizaciones. Incluso aparece ya claro el nexo de los le– ventamientos del interior con los intentos limeños; sobre todo el movi– miento arequipeño de la revolución de los Angulo que intenta entrar en co– nexión con el cabildo constitucional de Lima. Ante estos aportes recientes de la investigación documental sobre el tema es justo, pues, ampliar el mapa de los movimientos precursores del XIX. Podemos decir que ellos se producen en todo el sur alto y bajo pe– niano, en la sierra central, en parte de la sierra norte, en Lima, en la cos– ta norte de Lima hasta el Callejón de Huaylas. ¿ Y el norte del Perú? - 55-
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