La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

laborador peruano de San Martín, etc. También ante la figura de Riva Agüero cabe una justa reivindicación, como ya lo hemos dicho; G) El Perú fue el escenario inicial y final del proceso, pero además sus hombres estuvieron presentes, en posiciones decisivas, en todos o ca– si todos los movimientos revolucionarios de Hispanoamérica, desde 1810. Es el caso de Fray Melchor de Talamantes en México, de Egaña en Chile, de Luzuriaga y Alvarez Thomas en Buenos Aires, etc. H) El Perú, como escenario del largo momento final de la guerra, fue quien sufrió la contienda con más rigor; aquí fue la guerra más san– grienta; aquí tuvo mayores características de guerra civil. El caso del Cuzco es muy significativo: produjo los más importantes movimientos patriotas y dio las más bravas tropas realistas que contuvieron el avance patriota en el Alto Perú. Es también significativo de este carácter el seño– río de los contendore:s, por ejemplo, antes del inicio de la batalla de Aya– cucho, y la misma relación de combatientes, que nos dan a conocer los partes de batalla; I) En el Perú adquiere el movimiento emancipador hispanoameri– cano su mayor grandeza y unidad continentales; a la sombra de nuestra historia se inspiran San Martín y Bolívar en sus ideales de una creación política que unificara las antiguas dependencias españolas. Nuestro papel es, pues, central, protagónico, crucial, con su designio de rectoría moral sin imperialismos ni injustas prerrogativas. Nada justifica, pues una acti– tud opacada, un cierto complejo de inferioridad al estudiar esta etapa de nuestra historia. Reflexiones finales Aquí debiera concluir, amigos y colegas, esta charla que ha desbor– dado un tanto el tema propuesto. No quisiera hacerlo sin una _reflexión final sobre tres puntos. El primero se refiere al aspecto historiográfico. La historiografía pe– ruana está en deuda con el período de la Independencia. No contamos aún con una visión histórica general de esa época, a la altura de los tiem– pos. Los trabajos de Mariano Felipe Paz Soldán o de Nemesio Vargas, be– neméritos en su momento y siempre, no responden ya a los actuales plan– teamientos. La única síntesis erudita reciente, valiosa pero incompleta y sin suficientes andamiajes ideológicos, sociales y económicos la consti– tuyen los tt. V y VI de la llamada Histoft4a General del Perú, del P. Rubén Vargas Ugarte S.J. (Barcelona, 1966). Hay muchos aportes eruditos y de interpretación, mucha exhumación documentada, mucho planteamiento interpretativo, muchas hipótesis de trabajo, pero todo eso no ha sido sus– tanciado en una visión de conjunto. Luego de que la Comisión Nacional del Sesquicentenario entregue los 70 volúmenes de su colección de docu– mentos sobre la época, tal tarea será posible en las mejores condiciones. Hasta tanto no ocurra eso, sin embargo, es conveniente que la clase esco– lar se enriquezca con esos ?..Portes dispersos, muchos de ellos sustantivos, y que esa clase se despoje de envejecidos prejuicios o de visiones exclu– yentes, unilaterales, incompletas. -61-

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