La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo
los tres barcos navegaron hacia el nort.e Cerca del Callao, Brown captu– ró la fragata mercante realista Gobernadora, salida de Guayaquil con destino a Cádiz, llevando un cargamento valuado en un millón de pesos y entre los pasajeros hizo varios prisioneros importantes. El Virrey Abascal conoció por un bote escapado de la Gobernadora el cual fue a dar a Chancay, de la presencia de Brown; entonces, con la actividad que le era tan propia, armó unas cañoneras en el Callao, puso artillería en las playas, movilizó las tropas para evitar un desembarco, todas las naves mercantes recibieron guarnición militar, los fuertes se alistaron y se extremaron las medidas de seguridad. Nada mas se pudo efectuar por ausencia de naves de guerra. Mientras tanto, Brown, mantu– vo el sitio del Callao, capturando varias presas entre las que se incluye la fragata Consecuencia de Cádiz, con un cargamento que se decía había sido considerado en setecientos mil pesos; además tomó a importantes pasajeros, como ser el nuevo Gobernador de Guayaquil, Juan de Mendi– buru. Brown emprendió varios ataques al Callao, entre los cuales pode– mos citar los del 21 de Enero de 1816, el 22 del mismo mes y el 27; con ello manifestó su arrojo para no temer batirse con las poderosas forta– lezas, prestigiando el pabellón de la flamante República bajo el cual de– safiaba el poder real. Por otra parte, Brown quedó desilusionado de la tenaz resistencia del Callao, sobre todo de que en Lima no hubiera un pronunciamiento como se creía en Buenos Aires; entonces, decidió se– guir a Guayaquil, plaza que al decir de uno de los prisioneros de las pre– sas, era fácil de capturar. Abascal en Lima, con actividad febril, aprestó seis naves de comercio para armarlas en guerra, las fragatas Tagle, Rei– na de los Angeles, Minerva, Comercio, Trujillana y el bergantín Europa; esta flotilla dejó el Callao el 14 de Febrero y puso rumbo al sur pensan– do que los corsarios, bastante maltrechos, tomaban la vuelta a Buenos Aires: así reconocieron La Mocha y Santa María en Chile, y a principios de Mayo tomaban fondo en Talcahuano. En Guayaquil, Brown ensayó un ataque a la ciudad, maniobrando con su bergantín Trinidad, el cual encalló y borbardeado por las baterías de tierra, fue compelido a rendirse él y toda la tripulación sobrevivien– te de su barco. El resto de naves corsarias, amenazando con un ulterior bombardeo, consiguieron un canje por el cual Brown y sus hombres fue– ron libertados; entonces entregaron todos los prisioneros en su poder, aceptaron un rescate de 140,000 pesos por las fragatas Gobernadora y Calendarla y se quedaron en posesión de la Consecuencia, la goleta An– daluz, el Hércules y el Halcón. La flota corsaria dejó Guayaquil con Brown y Bouchard en abierta pugna; a continuación viajaron a las Islas Galápagos, donde se repartieron el botín del corso, que era una de las causas de la enemistad y de común acuerdo se separaron. Bouchard to– mó la Consecuencia y la goleta Andaluz y Brown el Halcón y el Hércules, compensado con un arreglo en dinero por la diferencia. Bouchard rodeó el Cabo de Hornos con la Consecuencia, arribando al Plata en Junio de 1816; por su parte, el Andaluz, velero poco rápido quedó atrás y solo lle– gó a Buenos Aires a principios de Noviembre del citado año habiendo pasado por las aventuras más singulares. Brown, con sus dos'naves, pu– so proa a San Buenaventura en la costa del Chocó pretendiendo reparar -70-
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