La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo

viendo que no estaba allí, regresó al Callao. Al pasar frente a Pisco, el Lautaro, el Galvarino y el Jerezano recibieron orden de entrar a dicho puerto, bajo el mando de Guise, para proveerse de licores, arroz, y otros artículos. En el Callao, pretendió Cochrane con un ardid hacer salir las naves realistas y pintó el Pueyrred.on a la manera de los buques mercan– tes hispanos, haciéndole entrar al puerto con la bandera esoañola izada· tras él marchó el Araucano haciendo fuego y dándole caza-a toda vela: pero el engaño no resultó. Por su parte, Guise, entró a Pisco y desembar– có tropa a cargo del Teniente Coronel Charles, del Mayor Miller y del Capitán Hind, apoderándose de la ciudad por cuatro días, pese a la re~ sistencia realista. Por culpa de los combates, quedó herido Miller y falle– ció poco después Charles. En el tiempo señalado, Guise, abasteció a sus naves de los víveres necesarios y notando que las tripulaciones comenza– ban a entregarse a la embriaguez y a cometer desórdenes, hizo destruir una enorme cantidad del famoso pisco iqueño que estaba depositado en playa, zarpando el 11 de Octubre con objeto de reunirse con el Vice- Almirante. . Cochrane tomó rumbo al puerto de Santa, donde hizo desemoarcar una tropa al mando de Francisco Vid_al, el que batió a la guarnición y tomó posesión del pueblo. Aquí se incorporó a la Escuadra la División de Guise. Como Cochrane por sus corresponsales de tierra supo que la fragata española Prueba había to:c;nado rumbo a Paita y de allí corrió a asilarse en Guayaquil, en donde la suponían las últimas noticias, sin pér– dida de momento se dirigió en su busca, con la O'Higgins y los berganti– nes Lautaro, Galvarino y Pueyrredon, habiendo despachado antes para Valparaíso al San Martín y la Independencia, cuyas tripulaciones sufrían de enfermedades. Llegó el 27 de Noviembre a la entrada del Golfo de Gua-. yaquil y poco después, en la Puná apresó las dos hermosas fragatas Agui– la y Begoña, cargadas con madera destinada para el Callao. En cuanto a la Prueba hubo que abandonar su persecución, pues se encontraba en el fondeadero de Guayaquil bajo la protección de las baterías del puerto. El 20 de Diciembre, ordenó Cochrane el regreso a Valparaíso. Pero, ¿có– mo presentarse allí sín grandes triunfos? Todos los historiadores convie– nen en asegurar que el despecho del fampso Almirante era muy grande, después de tantas halagueñas esperanzas que había imaginado, pesando en su ánimo las espectativas del Gobierno y pueblo chileno. De aquí con– cibió el pensamiento de obrar sobre la plaza de Valdivia y puso la proa de la O'Higgins hacia aquel puerto, desprendiéndose, para que continua– ran a Valparaíso, de las naves Lautaro, Aguila y Begoña. La gran hazaña de conquistar Valdivia fue también el pedestal glorioso de Vida!, el que fuera más tarde Primer Presidente de la Sociedad Fundadores de la In– dependencia. En Cochrane, en su elogio con juicios tan notables como los de los historiadores Arrunátegui, chileno, Paz Soldán, peruano, y Mitre, argen– tino, hay que admirar su relevante personalidad que lo lleva a ser califi– cado con los más brillantes títulos de arrojado y valiente. Asegura Paz Soldán: "olvidemos sus abusos, su altivez, su vanidad, y si se quiere to– dos sus otros defectos y recordemos únicamente al héroe de la Esmeralda y de la toma de Valdivia, hechos que parecen fabulosos y que llenaron -77-

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