La independencia nacional conferencias dictadas por encargo de la cnsip segundo ciclo
de terror a la Armada Española". Que queden olvidados todos los erro– res. Pensemos que esos marinos extranjeros, como asegura humberto F. Burzio: "confundiendo el espíritu romántico de la aventura y sus ideales con el prosaico económico, que suponían le podría dar la campaña del Pacífico por las ricas presas a capturar en las opulentas costas de los Vi– rreinatos del Perú y Nueva Granada y aún más al norte con Nueva Espa– ña. Las reminiscencias de Drake, Cavendish y Hawkins tal vez trabajaban subconscientemente sus ánimos". El Virreinato del Perú éramos noso– tros, sus herederos, de modo que las pérdidas tan cuantiosas nos afecta– ron hondamente al saltar a la República. Señoras: Señores: He terminado la primera parte de mi charla y quedo a disposición de vosotros con objeto de responder a vuestras preguntas. He hablado con devoción y sinceridad; las notas que he preparado para este acto, por tratarse de cuanto se trata, declaro honradamente que no me satisfacen y hubiera deseado presen.tar a tan calificado Auditorio, algo más profun– do. En realidad, me he acercado a la luz de los días primeros de la Inde– pendencia, confiado en que "el faro no sabe lo que alumbra", y que para pintar los verdaderos colores de una Marina que tan altamente merece nuestra atención y nuestro estudio, ninguna voz es inoportuna. ¡Muchas gracias por vuestra atención! SEGUNDA PARTE 1.-Hemos llegado a un periodo cuando más nos interesa la verdad d~ los acontecimientos. Sobre todo en este interesante período al que ingresamos, interesa grandemente la ausencia de brumas velando la verdad y, si éstas se pre– sentan, hacerlas notar sin rodeos, esperando que pronto sean rasgadas por el trabajo pertinaz de los investigadores. Por otra parte, muy poco sacaríamos con un simple cotnpendio de los principales acontecimientos, los cuales tuvieron una trascendencia capital, si no mostrasen la signifi– cación de tales hechos, indicando su relativo valor y las ideas generales resultantes del conjunto de los datos adquiridos. En pocas palabras: la existencia de crítica, considerando lo fácil de referir y lo dificultosísimo de enjuiciar. Por supuesto a nadie se le escapa los tremendos yerros en que se incurre buscando la mayor objetividad al apreciar los hechos pa– ~ados, tratando de captar las modalidades internas de épocas lejanas, ca– yendo en el extremo de querer vibrar con su espíritu. El resultado suele ser un engaño, el cual responde resueltamente con las esencias y los ca– prichos de nuestro pensamiento. De consiguiente, concibamos la Historia con ciertas limitaciones, recordando que para nuestros juicios no dispo– nemos de los supuestos de antaño, sino de nuestra peculiar ideología y de -78-
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