La Marina, 1780-1822

LA MARINA 93 comparecer ante sí a don José Martín Bañales, a quien ante mí el presente Escribano hizo levantar la mano derecha y Preguntado Juráis por Dios y prometeis a la Patria decir ver– dad en lo que os voy a interrogar, dixo; Si juro. Preguntado su nombre y empleo dixo SEi llama José Martin Bañales y que es su perfección (sic) Galafate de Marina. Preguntado si venía a bordo del Paylebot Sacramento dónde se había embarcado y con qué motivo, dixo: Que hallándose en el puerto del Callao sin tener como exercitar su oficio, a tiempo que iba a dar a la vela para este puerto en el que reside la esposa y familia del declarante el referido Paylebot, con este motivo se embarcó deseoso de llegar a su casa, como lo verificó, habién– dose desembarcado en una balsa con don Agustín Navarrete, don Lo- (fol. 70v) renzo Moreyra, Manuel Farfán y Da. Manuel Taboa– da en el puerto de la costa nombrado los Negritos, cinco leguas di~tante de este puerto. Preguntado si quo.ndo se desembarcó vió que los que lo acom– pañaban habían echado en tierra alguna carga o cantidad de dine– ro y de qué modo consiguieron permiso al Capitán para efectuar el dicho desembarque, dixo: Que ninguno de los que se desem– barcaron traxeron gran cantidad de dinero rú efecto alguno de comercio, como le consta al Comandante de este puerto don Fran– cisco Frías, a cuya habitación fueron todos los equipajes, havien– do el declarante con los demás que venían en la balsa pasado a la presencia de dicho Comandante luego que llegó ésta al muelle: Que habiendo ido al habla con una balsa que venía a la vela de Colán al mismo tiempo que el Paylebot venía en vuelta de tierra se le preguntó a los de la balsa cómo se hallaba este puerto, y habiendo dicbo el patrón de ella que todo estaba por la Patria determinó el Capitán del Paylebot no entrar a este puerto donde hubiese fondeado si no hubiera hablado con el patrón de la bal– sa; por lo que determinó dicho Capitán que todo aquel que qui– siese desembarcarse lo efectuase embarcándose en la balsa; (fol. 71) en cuya virtud se desembarcó el declarante. Preguntado si sabía o había visto que viniese a bordo alguna cantidad de dinero, dixo: Que no sabía que virúese cantidad al– guna, pero con motivo de ser el buque tan pequeño y haberse ha– llado continuamente en la bodega opinaba que caso que viniese algún dinero sería en onzas de oro, pues en plata no era recepti– ble poderse ocultar tanto. Que lo dicho es la verdad a cargo del juramento que tiene hecho en que se afirmó y ratificó leída que

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