La Marina, 1780-1822

LA MARINA 123 la Costa para llegar a él o nó. En esta virtud y no pudiendo ad– quirirlas en la Isla determinaron pasarse al puerto de Talara, en donde encontraron la balsa de un Colán, que por piloto lle– vaban a un indio Sechura nombrado Pedro Purisaca. Que exami– nado éste del estado del puerto y provincia aseguró de un modo confuso se hallaba todo por la Patria, con más (fol. 100v) de cien hombres detinados a la prisión del buque Correo y de contado muchas lanchas y canoas embargadas para esta em– presa Que todo esto que Purisaca decía lo trataba con indife– rencia, ignorando el buque y la bandera con que nave6aban. Que entonces fué quando el Oficial don Agustín Sánchez Navarrete se determinó trasbordarse con una n iña que venía de pasaje Da. Manuela Taboada, don Lorenzo Moreira, que hacía antes de Con– tramaestre en el buque, de nación portuguesa, don Manuel Bi– ñales, europeo, ambos casados y avecindados en este puerto, y dos mozos que en clase de sirvientes traía don Agustín. Que tam– bién es cierto que el referido don Agustín le movió el ánimo al que declara para meter el buque al puerto, con cuyo motivo el declarante no descansó de proyectarlo, formando sus caxones pa– ra no errar el golpe, hasta que ultimamente teniendo ya de parte y con las reservas precisas a la mayor parte de tripulación, esto es los más formales, tomó el partido de ponerlo en obra y efec– tivamente a las once de la noche lo executaron con la viveza que corresponde, hasta que él logró encerrarlos y asegurarlos todos en el castillo de proa, velándolos prolijamente hasta por la ma– ñana del dia siguiente que, desocupada la Cámara de las armas y otros necesarios que habían en ella, los encerró y les puso su custodia al pié. (Que es cierto que esa noche le dijo el Capitán don Miguel Gamón estas palabras: Cárcamo, si tenías (fol. 101) este pensamiento por qué no me lo comunicaste para que se hu– biese efectuado antes pues ya sabe que soy casado y con hijos y que los estimo y tendría mucho gusto de presentarme al puerto y no exponerme a una vida contradictoria al sistema del día: esto mismo expresó el piloto Tellechea, aún quedando apesadumbrado de no haberse embarcado en la balsa. Que es cierto que aunque el Capitán Gamón se manüestó avergonzado queriendo hacer di– misión del cargo en el que declara no se le permitió, antes sí el declarante con la mayor bizarría le dijo que mandase disponien– do lo que convenía en el asunto y de pronto mandó virar por de avante hacia el puerto, y a sus ínmediaciones el que declara puso un parte a la Comandancia del puerto en que hace ver el aprisio– namiento del buque y entrada con él bajo el pabellón de la Patria,

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