La Marina, 1780-1822

4 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS [Doc. 2) [DE SAN MARTIN A BOWLESJ Santiago de Chile, 22 febrero 1817 Mi muy estimado amigo: Finalmente la expedición contra este país ha obtenido los más felices resultados: lo han perdido todo lo que tenían y lo que toda– vía es peor, no han salvado ní siquiera el honor: estas ventajas no las debe atribuir a mis habilidades, sino a errores que cometió el enemigo y de los cuales he tenido la buena fortuna de estar pre– venido. El buen orden (que fue perturbado por la huida del enemi– go y el abandono de la Capital en la noche del día 12) fue resta– blecido aquí en la mañana del 13 por la llegada de la vanguardia de este ejército y con el castigo de algunos de las clases bajas que ya habían iniciado el saqueo, sin embargo no se ha perdido una sola vida que era lo que yo más temía. El país es totalmente nuestro exceptuando Concepción, donde sólo hay quinientos soldados descontentos y que para este mo– mento ya deben estar dispersados. Su presencia sería muy necesaria: una entrevista entre noso– tros podría contribuir en mucho al bienestar de este país, y espe– ro que si está en su poder tendremos \'.ina. Sería muy deseable que algunas naves de guerra británicas vinieran a estos mares, tanto para la protección de su comercio como por las ventajas que resultarán de su presencia. Adiós mi buen amigo, estoy honrado de ser siempre suyo afectuosamente. José de San Martín El General Marcó y los principales Jefes han sido tomados prisioneros, serán tratados con consideración, a pesar de la con– ducta del primero hacia mí, que es la más despreciable que un hombre pueda haber tenido, sea suficiente decir que en sus do– cumentos públicos, después de lanzarme los más desagradables epítetos, se promete colgarme en la eventualidad de capturarme. Es imposible que todos los hombres tengan la misma forma de pensar. Al Señor W. Bowles Adiós

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