La Marina, 1780-1822

LA MARINA 259 conocida como propiedad británica, ya que era la corbeta es– pañola Cleopatra, comprada por un inglés residente en Lima, y no me he sentido por lo tanto autorizado a alegar por ella como en el caso de los otros barcos británicos. El Capitán del Colonel Allen ha admitido que el maíz que tenía a bordo per– tenecía a españoles, su barco ha sido liberado, pero no pienso interferir con respecto a su carga. La Constellation protegió el día 28 de junio al Gral. Brown, barco americano, al salir de la bahía luego de pasar por una muy estricta revisión; tenía permiso para llevar pasajeros que fueran civiles, pero se suponía que el anterior Virrey Gral. Pezuela con– sideraba abordarlo en la pequeña bahía de Chorrillos (el armis– ticio no había expirado hasta entonces), en consecuencia de lo cual el Capitán Ridgely regresó a la bahía unos días después, y fue recibido con gran frialdad por el General San Martin. He visitado al General La Mar, comandante de los Castillos, quien parecía estar muy contento con la atención, y espero siem– pre esté en mí poder la facilidad de observar la estricta neutra– lidad que me han ordenado Sus Señorías. Igualmente complacerá a Sus Excelencias saber que el Vice Almirante ha enviado a bordo de la Creole, desde la O'Higgins,. a Thomas Sourgeau y James Patterson, dos de los cinco hombres que pertenecían a la Edward Ellice, y mencionados en mis car– tas N? 36 y N? 45. John Mason ha desertado, y Su Señoría me ha permitido enviar por los dos otros, Walter de Walter y Wi– lliam Goundy, cuando lo solicite. Tengo el honor de ser, Señor, Su más obediente y humilde servidor A: J.W. Croker Secretario del Almirantazgo - Londres P.D. T. M. Hardy Comodoro Desde que escribí la anterior, el Vice Almirante ha liberado la totalidad de los barcos retenidos en este fondeadero, y los dos hombres que estaban en la O'Higgins han preferido permanecer allí.

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