La Marina, 1780-1822
260 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS (Doc. 125) [DE HARDY A CROKERl H.M.S. Creole. Ancón, 14 setiembre 1821 Confidencial N~ 75 Señor: Mis cartas Nos. 72 y 73 del 19 del mes p.pdo. habrán informado a mis Lores Comisionados del Almirantazgo del importante he– cho de la Independencia del Perú, que ha sido proclamada y jurada en Lima, la Capital, el 28 de julio, y cómo ha formado allí un gobierno el general patriota San Martín, quien se ha titulado a sí mismo "Protector del Estado del Perú", - y que los Castillos del Callao, cuidadosamente cercados y bloqueados por la fuerza patriota, estaban quedando cortos de provisiones. Nada particular ocurrió hasta el 30 del mes p.pdo., cuando lle· gó información que indicaba que el Virrey Gral. La Serna con su Ejército de la Sierra, estaba regresando a Lima, por lo cual el Protector ordenó que todos los mosquetes de repuesto, cerca de 2,000 en número, fueran desembarcados de la escuadra con el propósito de armar a los negros y hombres de color. El 2 de los corrientes el Protector anunció al pueblo en el teatro, y por proclama, que las fuerzas realistas habían avan– zado hasta 18 leguas de Lima; que él partiría al día siguiente con los patriotas para enfrentarlas y que los realistas sólo reentra– rían a la ciudad sobre las cenizas de sus soldados. Se demostró mucho entusiasmo en esta ocasión, y así al día siguiente, el 4, tanto las fuerzas regulares como las irregulares de los patrio– tas ocuparon una posición a 4 millas de Lima. Los primeros al– redec'lor de 5,000 soldados y los segundos el doble de ese núme– ro. Se dice que los realistas estaban comandados por el general Canterac y tenían alrededor de 4,000 hombres, una mitad de los cuales era caballería, y todo el ejército en muy buen orden, ha– biendo recibido abundantes suministros y alimentos del fértil valle de Jauja. Se informa que el Virrey había quedado a reta– guardia para traer refuerzos. Los Concordias, una especie de milicianos, fueron ubicados en las líneas frente al Callao y eran además responsables por el orden de la ciudad. Los españoles europeos, alrededor de 1,300 en número, fueron encerrados en el convento de la Merced por su propia seguridad, así como para prevenir que formularan pla– nes contra los patriotas. El viernes 7, los realistas llegaron a la vista del ejército patriota y se esperó que se abrieran las hos– tilidades en cualquier momento; la población negra y clases
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