La Marina, 1780-1822
LA MARINA 17 El Virrey me remitió el 21 de los corrientes la adjunta noti– ficación del bloqueo de todos los puertos de estos mares. Está expresado tan vagamente que al principio estaba por pedirle una explicación adicional, pero pensándolo cuidadosamente me pare– ció mejor evitar más correspondencia sobre este asunto el que probablemente produciría irritación, y contestar con una respues– ta tan general como para dejar el problema abierto hasta que yo reciba las instrucciones pertinentes de Sus Excelencias. Sin embargo, como me han informado que muchas valiosas naves han sido preparadas en Inglaterra para los puertos de Chile, y como mis instrucciones me autorizan para exigir que las opera– ciones de las fuerzas de Su Majestad Católica sean conducidas de conformidad con los usos establecidos de la guerra y con los derechos reconocidos de las naves de los países neutrales, he pensado adecuado presentar una reclamación para este efecto, que confío aprobarán Sus Excelencias. La conducta de la Marina Española en estos mares ha sido tan grandemente reprensible, que es necesario que no omita mencionarlo. La Mary Ann cuando fue tomada por el buque S. M.C. Venganza en Valparaíso, fue retenida durante cuatro días antes de ser despachada para Lima, y durante este tiempo 20 hombres se ocuparon abriendo cajas, etc., en la bodega, sin per– mitir que estuviera presente ninguna persona del navío. La con– secuencia es que una considerable cantidad de vino, pañuelos de seda y otros diversos artículos manuales de considerable valor, han faltado después de la descarga. Cuando la Hydra fue capturada por dos corsarios de este lugar se llevaron de ella todas las cucharas de plata del Capitán, dos docenas de sus camisas y muchas otras cosas más y desde mi llegada aquí ha habido gran saqueo de la carga durante la re– visión de ella. Es una razón adicional de queja que toda su tripulación me– nos siete, han sido llevados por los corsarios en su crucero ha– cia el Norte y se espera que no regresarán antes de dos meses, de modo que aun si el barco fuera liberado estaría impedido de proseguir su viaje por falta de tripulación. Una considerable expedición comandada por el Gral. Osorio está a punto de partir de aquí en un intento para reconquistar Chile. Está compuesta de casi 2,000 soldados de Infantería, ade– más de destacamentos de Caballería desmontada y Artillería y si se llega a unir con la guarnición de Talcahuano, aumentará el Ejército Real en esa Provincia a casi 5,000 hombres. La fuerza
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