La Marina, 1780-1822

18 CAP. DE NAVIO J ULIO J. ELIAS bajo el Gral. San Martín, es sín embargo muy superior en nú– mero así como en caballería y de acuerdo con todos los cálcu– los comunes todas las apariencias están en su favor. Es escasa– mente creíble, pero a pesar de todo literalmente cierto, que aun– que las tropas españolas van a desembarcar en un territorio com– pletamente hostil, y a pesar que no tienen ni un polvorín, los transportes en lugar de llevar provisiones llevan azúcar y tabaco, porque esos artículos son extremadamente caros en Chile, y se supone que obtendrán de ellos grandes utilidades. Como el Virrey en su carta se extiende mucho sobre el rigu– roso bloqueo de los puertos de Chile, creo conveniente explicar a Sus Excelencias la forma como realmente se mantiene el blo– queo. Llegué a Valparaíso la mañana del 18 de octubre y debido a débiles vientos no ingresé hasta el medio día del día siguiente, durante cuyo período no se vio ningun navío ni siquiera desde el puesto de vigía del palo mayor. No fue hasta una semana des– pués que apareció por primera vez la Venganza, y no se le vol– vió a ver síno una vez más desde el puesto de vigía durante mi estadía. Me hice nuevamente a la vela el 3 de noviembre y a diez leguas del puerto la encontré surcando la zona. Es conveniente que agregue que cuando me comuniqué con ella no se mencionó en absoluto la palabra bloqueo lo cual hubiera sido una obliga– ción del Capitán el comunicármelo. Mientras estuve anclado en la bahía de Valparaíso llegaron cuatro barcos mercantes y tres partieron, sin ser molestados en absoluto. La fuerza naval total de Su Majestad Católica en estos ma– res consiste de la Venganza y la Esmeralda de 36 cañones cada una y tres corbetas de 16 y 18 cañones. La Venganza está en tan mal estado que debe regresar a Europa de ínmediato. Las pro– testas que ha sido necesario que presentara con motivo de estas detenciones, y mi deseo de lograr el mejor arreglo que sea posi– ble, me obligarán a prolongar mi estadía por diez días más, pero espero estar en Río de Janeiro cerca de la fecha fijada en mi última carta. Al Señor: J . W. Croker Secreto N~ 54 Tengo el honor de ser, Su más obediente servidor W. Bowtes Comodoro

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