La Marina, 1780-1822
332 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS Los españoles han empezado a autorizar corsarios, los que podrán molestar a nuestros comerciantes y demandarán por lo menos considerable vigilancia por parte de los comandantes de !os barcos de Su Majestad. El Capitán Martin no menciona en su última carta el blo– queo anunciado por el Almirante patriota Guise, pero informa– ción particular recibida indica que se ha dirigido hacia el Norte y que no se esperaba un bloqueo efectivo sobre el Callao o los Intermedios. Se informa de fuentes particulares que Bolívar ha concen– trado su fuerza de once mil hombres, principalmente colombia– nos, que son los únicos en quienes puede confiar, y que espera considerables refuerzos por la vía de Panamá. Se dice que los jefes realistas están muy divididos en opi– niones políticas y que Olañeta que manda en Potosí ha publicado bandos llamando traidores y rebeldes al Virrey La Serna y a los generales Canterac y Valdés. De acuerdo con esas informaciones, el último con su división de cinco mil hombres está marchando contra Olañeta y la última esperanza final de los partidarios de la independencia del Perú descansa en la firmeza y habilidad de Bolívar y en las divisiones políticas de los jefes españoles. El Capitán Brown ha encontrado necesario enviar al Capi– tán Ferguson en la Mersey ante el gobernador de Chiloé con una protesta sobre alegadas depredaciones contra propiedad británi– ca realizadas por dos corsarios en ese lugar. Ud. se servirá recibir adjunto para información de Sus Se– ñorías el extracto de una carta que he recibido del Sr. Wood– bine Parish, Cónsul General del gobierno de Su Majestad en Bue– nos Aires, de donde parece que se han eliminado muchas quejas de cierta importancia, han sido regulados los correos y trans– portes a través del país y el gobierno ha expresado la mejor dis– posición para cultivar una buena comprensión con la Nación bri– tánica. Puede notarse que las quejas mencionadas por el Sr. Pa– rish son las que originaron desagradables diferencias entre el Capitán Willis del H.M.S. Brazen y las autoridades de Buenos Aires. En Pernambuco el intruso Presidente Carvalho todavía con– tinúa en el poder. Ultimamente el Emperador ha publicado una proclama conciliatoria llamándole para unirse contra el enemi– go común, como él llama a los portugueses, y la escuadra de bloqueo ha recibido órdenes de retirarse. Cuando se realice esto,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx