La Marina, 1780-1822
334 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS [Doc. 160] [DE EYRE A MAILING] H.M.S. Spartiate. Río de Janeiro, 25 agosto 1824 Señor: Acuso recibo de su carta del 11 de junio último (N~ 4) con sus diversos adjuntos y apruebo calurosamente las protestas he– chas por los capitanes Brown y Prescott contra la conducta de los comandantes de las naves de guerra peruanas. Los princi– pios que se trata de mantener con un bloqueo tan extenso, con una fuerza tan reducida para obligar su ejecución y el impuesto de contribuciones contra naves neutrales bajo el pretexto de exigir derechos legales, son totalmente inadmisibles y debe po– nerse fin a tales prácticas, no sólo porque determinan serias pér– didas y extrema inconveniencia al comerciante británico, sino que igualmente son degradantes para la Nación que los impone, así como para aquella a la que se someta a tal imposición; ni tam– poco la aceptación por los propietarios y capitanes de las naves y cargamentos sujetos a tal expoliación varía el caso. Ellos no tienen derecho a consentir en el cobro de una contribución, cuan– do son ilegales los impuestos que se pretende cobrar y por con– siguiente tal consentimiento sólo puede considerarse como una extorsión y nunca como un impuesto libremente aceptado. Tengo grandes esperanzas que las quejas que tan hábilmente se han presentado habrán inducido al Libertador a desaprobar una conducta tan ofensiva hacia una nación que ha dado las pruebas más inequívocas de su inclinación para permanecer en los términos más amigables con las naciones de Sud América desde una extremidad a la otra y de evitar toda interferencia con los diferentes gobiernos, no mostrar cualquier parcialidad ofensiva hacia otros, pero si, contrario a mis esperanzas, el mis– mo sistema se perpetuara, Ud. se servirá enviar al Ministro de Su Excelencia el Libertador mis opiniones sobre tan importan– te materia, y que estoy determinado a no permitir su continua– ción, aunque será con gran sentimiento que veré la interrupción c:le la armonía que hasta ahora existe bajo las diferentes fluctua– ciones y cambios en la causa patriota. En la prosecución de esta determinación, Ud. afirmará que ha recibido mis órdenes para capturar y detener a cualquiera de las naves de guerra que co– metan actos tan contrarios a los de las reglas establecidas de las naciones civilizadas, y en caso de que no reciba Ud. una seguri– dad satisfactoria de que a los comandantes de los barcos de gue-
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