La Marina, 1780-1822

28 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS nes del Virrey del Perú, los navíos mercantes ingleses no serán molestados, sino que simplemente serán advertidos de no in– gresar, según la costumbre establecida, y en plena libertad de proseguir para cualquier otro destino. Con esta forma de acuerdo provisional se han ganado por lo menos dos meses y la gran probabilidad es que antes de la ex– piración de ese plazo, bien sea por el fracaso de la expedición contra Chile, falta de provisiones, o mal tiempo, la escuadra se vea obligada a abandonar esta zona de operaciones y dejar el problema en cuestión olvidado por algunos meses más. En reali– dad el bloqueo está tan mal mantenido que de aproximadamente 20 naves inglesas que han salido o entrado a Valparaíso en el curso del último año, la Mary Ann es la única que ha sido captu– rada. Habiendose encontrado los comerciantes ingleses en Chile alarmados considerablemente por la expedición de Lima, y ansio– sos de protección, consideré mi obligación permanecer en Valpa– raíso hasta que fueran calmados sus temores; pero después de concluir el acuerdo arriba mencionado, y verificado que el Gral. Osorio había desembarcado con toda su fuerza en Talcahuano y no habiendo probabilidad de un ataque hacia el Sur, coincidie– ron conmigo en la opinión de que no había riesgo que justificara mi permanencia más tiempo y estar ausente de los puntos prin– cipales de mi zona de operaciones, y habiendo despachado un expreso a Buenos Aires (el cual podría llegar allí el 17 del pre– sente) instruyendo al Capitán Sharpe para despachar la Tyne o la Blossom inmediatamente a Valparaíso, me encuentro ahora en camino a Río de Janeiro desde donde ordenaré a la Andromacbe dirigirse al mismo destino. Las medidas tomadas por el Gral. San Martin para la defen– sa de Chile son tales que de acuerdo con todos los cálculos co– munes, harán improbable en el más alto grado el éxito de la expedición española. Tiene bajo su mando de diez a doce mil tropas regulares, casi dos mil de las cuales son caballería, y más de 30 piezas de artillería de campaña, bien montadas y dirigidas. Esto es aparte de la milicia y los irregulares e•> que también son numerosos y que pueden ser útiles en un país accidentado y difícil como es Chile. Es opinión general que el plan de operaciones español fue ata– car y dominar el cuerpo bajo el Gral. O'Higgins inmediatamen- (• ) [Nota del traductor.- Irregulares debe entP.nrlerse como ~uerrillerosl

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