La Marina, 1780-1822

LA MARINA 39 plotar su éxito. Se puede atribuir a esta demora inexcusable sus subsecuentes desgracias ya que San Martin mismo admite que hubiera tenido que abandonar Santiago de haber sido per– seguido con intensidad, y dudo que hubiera podido mantener sus tropas juntas en una retirada hacia Coquimbo que era la úni– ca alternativa que le quedaba. Su relación de la batalla de Maypú puede ser considerada como muy auténtica y no creo que las pérdidas españolas sean exageradas en lo absoluto. Osorio, que abandonó el campo de batalla una hora antes de que terminara la acción, fue obligado a despedir a todos sus seguidores y huir a Concepción acompa– ñado sólo por dos guías. El fue casi el único individuo que es– capó y está ahora en Talcahuano con alrededor de 600 hombres. Exhortó a su ejército antes que se iniciara la batalla para no dar cuartel, y el regimiento de Burgos en particular tenía marcada con tiza en las gorras "ni pido ni doy". San Martín, sin embargo, ha tratado a todos sus prisioneros correctamente y ha escrito al Virrey del Perú, como verán Sus Excelencias por el anexo adjunto marcado "A", proponiéndole un intercambio parcial de prisioneros. La lamentable situación en la cual se encuentra esta infor– tunada gente debido a la obstinación de su propio Gobierno, es ciertamente deplorable, y durante mi estadía en Lima traté, según el pedido del Gral. San Martin, inducir al Virrey Pezuela para acordar algún plan de un intercambio general. El orgullo español, sin embargo, y las confiadas expectativas de éxito por parte de Osorio se combinaron para hacer fracasar este intento y para esa época ni se preocuparon de contestar la carta de San Martín, aunque estas provincias tienen más de 3,000 prisio– neros en su poder, íncluyendo dos oficiales generales, mientras que él difícilmente podría reunir 500 prisioneros a los que trata con una dureza que justifica en mucho el sistema de represa– lias que predomina aquí. El Gral. San Martín está ahora en esta ciudad, habiendo de– jado a su ejército reorganizándose y reclutando tropas en Chile como preparativo para la Expedición contra Lima, que no tengo duda que él considera seriamente. Estimo que su principal ob– jeto al dejar Chile ahora, es el de frustrar aquí aquellos planes de nuevos cambios de los que informé a Sus Excelencias en mis despachos anteriores, y no veo probabilidad de que se rea– licen por el momento, aunque el Director y él no son ciertamen– te amigos cordiales, el primero estando en su casa de campo

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx