La poesía de la emancipación
LA POESIA DE LA EMANCIPACION l\1e salpicase la cara: Esto mismo BALDES dice Y aqui el testamento acaba Pues si acabo ¿ dixo l\1inos? Haga su oficio esa l\1anta: Y le pegan dos enviones, Que á las nuves lo levantan, Y de falondres al suelo Le dejan caer: luego cargan Vivo con él á la hoguera Donde LA-SERNA le aguarda, Y hechos chicharrones quedan Los dos amigos del alma. Luego á BALDES dice l\1inos: Bien has visto como paga A sus amigos el diablo: Y tu conducta malvada No es digna de menos suerte Que la que sufre en las llamas El maligno CANTERAC, Pues tu contra Ley matabas Al soldado Americano Por oposición extraña. Como el Lobo de RODIL A quien el infierno aguarda Para darle el merecido Al ·sin numero de infamias Que cometio contra el pobre Inocente que mandaba. Este homicida, indolente Cocodrillo, no se hartaba Feróz, de privar á muchos Hombres la existencia humana: l\1as pronto será juzgado. Y tu, (pues ya no te escapas) Por marrajo, y conzejero, · Llevarás tu buena l\1anta Antes que vayas al fuego De la abrasadora llama, Por complice con LA-SERNA En el absurdo, y la infamia De la ruina de Cangalla. 237
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