La poesía de la emancipación

244 AURELIO MIRO-QUESADA SOSA Por todos los buenos oficiales de la Patria Alzad valientes la cortante espada, Que seguro teneis el vencimiento, Pues siempre que se ha visto fulminada, Fue de los enemigos escarmiento; A vuestra vista todo se anonada; ¿Quién basta á contener vuestro ardimiento, Cuando empuñando la falange altiva, Repetís con placer: la Patria viva? Por la América toda, y en particular por esta benemérita Capital y los Patriotas que la habitan Cual nave altiva, que en el basto Oceano Las tristes madres, con los tiernos hijos Vagan por la Ciudad, pero no encuentran Auxilio en su afliccion: en vano lloran, En vano la piedad agena impetran, ¿Quién podrá socorrerlos, cuando todos De sufrir igual suerte se lamentan? Pasemos en silencio tantos males Que expresarlos jamás podrá mi lengua, Por llegar al momento venturoso Que esta noche feliz nos representa. Americanos, ya llego el momento, Ya libres os mirais ¡Qué dulce escena! Abranse, pues, las puertas a la industria, La tierra ofrezca en argentinas venas A sus hijos el fondo suspirado, Y los p1~eciosos frutos que franquea Naturaleza solo a nuestro suelo, Se esporten a Naciones extrangeras, Dándoles el valor que se merecen. Todo brinda abundancia, todo presta A los Americanos, un futuro El mas afortunado: solo resta Desterrar para siempre de nosotros Envidias y rencores: la sincera, La cordial amistad, en nuestros pechos Su mansion haga, y una sola sea La voluntad de todos: ¿Quien entonces Injuriar osará á la gran Potencia

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