La poesía de la emancipación

262 AURELIO MIRO-QUESADA SOSA Reproducido en ti Washington viera! Su sombra ilustre por do quier te sigue, Y suyas son tus obras. No, no acabes Sin que acabe el tirano en justa guerra: Y cuando el crimen de tres siglos laves, Dá la paz á la tierra; Que desde hoy para entonces Tuyo es el mármol, tuyos son los bronces. Y vosotros ¿qué haceis, imitadores De Píndaro inmortal, hijos amados Del padre de la luz y la armonía? Cantad á San Martin, y sus loores Llevad en vuestros metros delicados Desde dó nace, hasta do muere el dia. De todo triunfa el tiempo. Sin las musas Un héroe al fin no es héroe; que perdido Debe quedar su nombre en las confusas Tinieblas del olvido, Despues que, ya pasados, Caen siglos sobre siglos despeñados. Solo es dado á los versos y á los Dioses Sobrevivir al tiempo ¿Quién ahora A Eneas y sus hechos conociera? ¿Quién de Príamo triste los atroces Dolores, y la llama asoladora De su infeliz ciudad, si no viviera La Musa de Maron? Y sin Homero ¿Qué fuera ya de Aquiles ?-Los loores Cantad, cantad del inmortal guerrero, Y tributadle honores, Que no puede mi lira, Porque es débil la musa que me inspira. Juan Cruz Varela (De El Album de Ayacucho, Lima 1862).

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