La poesía de la emancipación

264 AURELIO MIRO-QUESADA SOSA Cuando allá de los altos Pirineos Hasta el soberbiQ muro gaditano, Los brillantes trofeos Las águilas francesas anunciaban Del César mas altivo, heróicos gritos Por todo el Nuevo Mundo resonaban Contra la antigua España y sus decretos, Que del colono con la sangre escritos, A eterna esclavitud lo condenaban, Diez años a los hijos de Colombia Sobre los montes y tendidos llanos Vió el Sol entre fatiga, Y muerte y destruccion la horrenda liga Combatir de los bárbaros tiranos, Invocar de la Patria el santo nombre, Y constantes y fieles Su vida consagrarle y sus laureles. Mas súbito al estruendo formidable Y confuso clamor, alto silencio Se sigue, comparable Al que vemos reinar en el Oceano, Cuando ya cesa el aquilon furioso De ajitarlo y bramar; cuando sus aguas, Blandamente del céfiro movidas, Calma dan y reposo A la$ almas de espanto confundidas; Silencio majestuoso, Que á la opulenta Lima ya cercano, San Martin interrumpe cuando clama: Independencia al suelo Americano. Oye el atróz tirano Este augusto decreto del Eterno Con profundo terror, el negro Averno Abierto vé á sus pies, cual otras veces, Al oir la voz del trueno retumbante Que le acusa de crimenes horrendos. ¡Oh gloria! San Martin ya entra triunfante A la gran capital donde reinaba _El sangriento poder, la vil codicia, Que á ejemplo de Pizarro devoraba Al Visir orgulloso:

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