La poesía de la emancipación

LA POESIA DE LA EMANCIPACION En favor de la Patria, á quien su aliento Jeneroso consagra. Arrebatado De tan alto pensar, allá en la cima De los Andes que el Sol Eterno dora Vé á Colombia sentada; ella lo anima Con espresivo, maternal acento A ejecutar, como hijo denodado, Los planes que medita: Ella le muestra su fecundo seno Herido y destrozado Por el rayo y el trueno, Por la sangrienta guerra que lo ajita; Ella el camino de la excelsa gloria, La senda hermosa del honor señala Al Gefe ilustre que vengarla debe Con eterna victoria De su tormento, á que ninguno iguala. Portento tal, de San Ma:rtin inflama El pecho fiel, su brazo fortifica: En la diestra el acero fulminante El bélico furor ya comunica A la hueste que en Cuyo preparara Al estruendo y estragos de la guerra. Fué entonces débil muro A la jigante empresa que formara La alta y nevada sierra: En asilo seguro, Al otro lado de la mole inmensa, Se creyó largo tiempo el vil tirano, Cuando repente con asombro escucha El sonoro clarin del bravo Indiano, Cuando con ojos . aterrados mira, Que San Martin á la tremenda ludia Descendía con fuertes batallones, De la fragosa altura al fértil llano, De libertad alzando los pendones. ¿Quien podrá retratar los movimientos De gloria y alto honor que lo ajitaban, Allá en la cumbre de soberbios montes, Del Eter puro en la rejion sublime? ¿Quien logrará los altos pensamientos 267

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