La poesía de la emancipación
LA POESIA DE LA EMANCIPACION UN HACENDADO. En mi hacienda soberano Despotico disponia, Y á mis plantas se ofrecia El INDIO, y el AFRICANO: Lo dispuesto por mi mano Se cumplia, aunque mandase Que en el castigo espirase, El miserable sirviente: ¿Y que hasta esta triste gente Contra mi se revelase? Y no es mi mayor pesar El mirarme en tal estado, Sino es que por fuerza ó grado De aqui tengo que marchar: América ¿hé dejár Tu deliciosa mansion? Se me arranca. el corazon. Mas ya viene el Comisario, No quiero ser temerario, Me marcho sin dilacion. UN NAVIERO De tres Fragatas soi dueño; Mas no vendrán á este puerto, Pues ya nuestro mal es cierto Aunque nós parezca sueño: Ya no tendré el alhagueño, Placer de que me llenaba Cuando un buque me llegaba Cargado de mi Nacion, Triplicando la porcion Del dinero que costaba. Ya murio nuestra esperanza, Concluyó nuestra hinchazón, Y un DIABLO y un CHAPETON Están en una balanza: Y aun créo que mas confianza Tendrán aqui del primero, Segun es el odio fiero Que nós hemós acarreado: Hé aqui el triste resultado De nuestro trato altanero. 279
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